
Subiendo a través del semidesnudo e insólito paraje natural del Barranco de Balos, dejando atrás la vía C-191, a la altura del ya desparecido Castillo de Agüimes y el barrio de Balos, nos adentramos por una antigua carretera polvorienta de más de seis kilómetro, barranco arriba, hasta llegar a un macizo basáltico a los pies mismo de la famosa montaña sagrada de Roque Aguayro.
En el mencionado macizo, los primeros aborígenes que poblaron esta isla, hace unos 2.500-3.000 años, supuestamente de origen libio-bereber, esculpieron en las llanas rocas esos grabados petroglifos, representando a figuras humanas, animales (reptiles), otras diversas figuras y signos alfabéticos-bereberes del norte de África. No obstante, para los numerosos investigadores que se han dado cita en este yacimiento de características únicas en Gran Canaria a lo largo de más de 50 años, han quedado asombrados, y a la vez perplejos, existen diversidad de criterios y comparaciones como lo manifestado en su día por el profesor italiano Vito Massellis de que los Letreros de Balos recogía una normativa social de vida aborigen de nuestros antiguos pobladores y que tenían semejanza al topónimo lingüístico de los antiguos aztecas de Méjico.
Otros grabados en forma de esváticas hacen supuestas referencias de los signos Templarios en su desconocida ruta a Canarias entre los siglos XIII y XV. Los grabados del macizo rocoso del Barranco de Balos fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1.973 y, en la actualidad, una débil cerca de hierro protege este valioso yacimiento del Sureste Gran Canario, interpuesto en 1.981 por la Dirección de Bellas Artes.
En los últimos 60 años, este lugar ha sufrido el saqueo y el expolio, aparte de plasmar nombres propios sobre los valiosos grabados, lo que pone en énfasis el escaso interés de los responsables del Patrimonio del Gobierno de Canarias, así como de los enemigos de la cultura, al destrozar en un 70% este famoso legado de nuestros antepasados. Asímismo, aun se recuerda el grave expolio del célebre lagarto de balos, esculpido y arrancado de la piedra maciza en la década de los 50, al parecer por un arqueólogo británico. El lagarto fue descubierto diez años antes y, aún hoy, no se sabe su paradero, posiblemente alguna colección particular.
La nomenclatura de las calles del casco de Agüimes están adornadas por estas escrituras y figuras de los letreros petroglifos de Balos. Desafortunadamente, es lamentable el total abandono en que se encuentra este histórico lugar, a excepción de los trabajos del Ayuntamiento de Agüimes, que lo ha defendido en pro de su supervivencia. Ante estos hechos, en su día se dijo que "la declaración de los Grabados de Balos como Monumento Artístico-Histórico de 1.973, no ha servido de nada". No obstante, hay un refrán que dice que nunca es tarde si la dicha es buena, y dentro del Plan Canario de Restauración y Conservación del Patrimonio Histórico, suscrito entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular de Gran Canaria, por fin se va a proceder a la restauración y conservación del Yacimiento Arqueológico de los Letreros de Balos, al considerarse el conjunto de grabados rupestres, por el sistema de picado, como el más importante de la isla de Gran Canaria.
La nomenclatura de las calles del casco de Agüimes están adornadas por estas escrituras y figuras de los letreros petroglifos de Balos. Desafortunadamente, es lamentable el total abandono en que se encuentra este histórico lugar, a excepción de los trabajos del Ayuntamiento de Agüimes, que lo ha defendido en pro de su supervivencia. Ante estos hechos, en su día se dijo que "la declaración de los Grabados de Balos como Monumento Artístico-Histórico de 1.973, no ha servido de nada". No obstante, hay un refrán que dice que nunca es tarde si la dicha es buena, y dentro del Plan Canario de Restauración y Conservación del Patrimonio Histórico, suscrito entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular de Gran Canaria, por fin se va a proceder a la restauración y conservación del Yacimiento Arqueológico de los Letreros de Balos, al considerarse el conjunto de grabados rupestres, por el sistema de picado, como el más importante de la isla de Gran Canaria.
Científicamente sorprende estos valiosos letreros o petroglifos de Balos,” de cuyos contenidos resultan grabados antropomorfos, zoomorfos, otros derivados geométricos y las inscripciones alfabetiformes muy parecidos a los líbicos-bereber del norte de África. Es una gran noticia que los grabados petroglifos de Balos tendrán la debida protección y cuidado por los responsables de nuestro Patrimonio Histórico regional e insular.
Como nota final, y triste por cierto, debemos comentar que antes del comienzo de las debidas protecciones oficiales a estos grabados, fueron nuevamente, y de forma brutal, no expoliado sino masacrado a golpe limpio, dejando por los suelos un legado difícilmente de recuperar. ¿Qué es lo que pretenden los enemigos de nuestro escaso patrimonio histórico?
*Antonio Estupiñán Sánchez es ex-decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria.