15 de enero de 2018

Opinión: El Muelle Viejo de Arinaga será rehabilitado

Lunes, 15 de enero.

Antonio Estupiñán*
El Muelle Viejo de Arinaga, que se encuentra escondido bajo la montaña del Faro, teniendo como vigía cercano a su costa el islote, es junto a los Hornos de Cal, restaurado hace unos años, una de las más antiguas construcciones industriales del municipio de Agüimes, representando, por tanto, una auténtica reliquia del pasado, con más de dos siglos de antigüedad. En la actualidad, este muelle está abandonado y pasa desapercibido para las generaciones de hoy en su contexto y rico historial. No obstante, el Ayuntamiento de Agüimes piensa rehabilitarlo con la ayuda económica del Cabildo de Gran Canaria, con el objetivo de conservarlo para la posteridad y las nuevas generaciones.
Actualmente, la zona de Risco Verde-Muelle Viejo-El Faro está centrado en una gran zona urbanística y residencial donde culmina la gran avenida marítima de Arinaga, con más de dos kilómetros y medio de longitud. Según datos que entresacamos de nuestra hemeroteca, en la Comarca del Sureste poseemos la Bahía de Gando, que antiguamente fue el puerto abrigo de la isla, y el antiguo Muelle Viejo de Arinaga (1.650-1920), siendo en el pasado los que fuera dos únicos muelles existente de la mencionada Comarca del Sureste de Gran Canaria limítrofes con el municipio de Telde.
Antonio Morales Méndez, que fuera alcalde de Agüimes y hoy presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, manifestó en su día que tanto el Muelle Viejo como los viejos Hornos de Cal se rehabilitarían para que los veraneantes y turistas, así como los propios vecinos de toda la isla, para que conocieran un poco la historia antigua de la zona costera del municipio. los Hornos de Cal se han rehabilitado, el Faro viejo también, donde es hoy un mirador museo marítimo y restaurante, y el cercano Muelle Viejo, a tan sólo unos 200 metros lineales, pendiente de rehabilitarlo.
La historia nos recuerda que el Muelle Viejo de Arinaga sirvió para la descarga de las latas de aceite y petróleo para iluminar durante la noche el Faro de Arinaga. Éste se descargaba en épocas de calma (ya que ésta zona los vientos del alisios predominan durante más de seis meses al año). Asimismo, se aprovechaban para la carga de las piedras de cal, siendo esta zona una de las mas rica de la isla de lo que se llamaban de antaño el “oro blanco” para la construcción y albeo de viviendas, estanques,  depósitos de agua y sus canalizaciones.
Hasta no hace mucho años, quedaron varios vecinos de los más longevos de Arinaga que recuerda el antiguo vapor-velero Río de Oro que fondeaban al zoco del islote y desde el Muelle Viejo las barcas embarcaban las piedras de cal de los recién rehabilitados hornos de Risco Verde, que lo transportaban a Las Palmas. Dicho vapor descargaban en el muelle viejo manojos de varas que venían de la isla de La Palma para ser utilizada en los cultivos agrícolas del tomate tanto para su plantación como para su protección de los fuertes vientos reinantes en épocas de zafra.
Esta zona del litoral costero de Arinaga fue durante más de dos siglos atravesadas por viejas carreteras de forma irregular así como caminos reales, veredas y senderos donde las carretas tiradas por mulos, burros y caballos les costaban mucho sacrificio sus desplazamientos, a partir de 1.930 las comunicaciones con Arinaga fueron mejorando, siendo hoy la zona industrial más importante del archipiélago canario y una de las mas grande de España, las nuevas generaciones de hoy no se imaginan las penurias y los sacrificios que se pasaban antaño por ésta zona costera entre Gando-El Burrero-Arinaga de la que aún perdura viejos caminos y senderos que se están borrando para el recuerdo.
*Antonio Estupiñán fue decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria y hoy es articulista en los periódicos digitales.