9 de febrero de 2009

Opinión: "Faltan redaños"

Lunes, 09 de febrero.

Antonio Morales*
En estos días se ha hablado en Davos de la necesidad de reconducir este sistema basado en el capitalismo más depredador hacia unas orientaciones más sociales. Ahora, después de consumado el latrocinio. No me cabe la menor duda de que los mentores y sustentadores del agónico momento en el que vivimos, pretenden edulcorar una situación que amenaza con provocar un estallido social de alcances incalculables como el que empieza a vivirse en distintas ciudades europeas, o como el que anuncian 200 empresarios extremeños que plantean, junto a otros de distintas comunidades, encerrarse en las sucursales de los bancos.
A los miles y miles de despidos que se producen diariamente, provocados desde la propia banca y las multinacionales que apostaron sin ningún tipo de tapujos por el lucro sin límites, se une la percepción del ciudadano de a pie de que la crisis, con mayúsculas, la real, sólo está afectando al segmento más desprotegido de la sociedad.
No pasa un solo día sin que los interlocutores sociales señalen al sistema bancario como el principal culpable de la situación que padecemos. Con sus ingenierías financieras, que devinieron en pufos y vulgares estafas, con sus tentáculos acogotando al poder y sus valedores, se ha ido adueñando del sistema y se ha vuelto absolutamente intocable. Se convirtió en la avanzadilla neoliberal más pura y dura. Pasó de la intermediación financiera a convertirse en el actor más cotizado de la especulación sin control, de las prácticas temerarias y los pelotazos inmobiliarios. Exprimió, manipuló y utilizó el capital a su antojo hasta el punto de poner en la más difícil de las situaciones a los Estados y sus ciudadanos. A unos Estados ciegos (¿dónde estaban sus asesores?) que por otra parte llevan empleados más de ocho billones de euros para intentar evitar el desastre total, frente al interés general de la ciudadanía que continúa viendo como este esfuerzo sigue sin tener las compensaciones necesarias para que las familias y las empresas puedan verse beneficiadas.
Hoy día, los mercados de crédito, a pesar de las multimillonarias ayudas citadas, se han cerrado a cal y canto, lo que está provocando la asfixia de numerosas empresas y no menos familias, que ven como se cercenan las posibilidades de aportar liquidez a sus negocios o como hacer frente a la hipoteca familiar.
No le cabe la menor duda a nadie de que el sistema bancario internacional ha asumido el control de la situación real del Planeta. Frente a ellos, los poderes democráticos lanzan débiles quejas de cara a la galería sin que hasta ahora, hayan sido capaces de tomar las riendas y asumir las decisiones que se esperan de ellos.
Así, hemos venido escuchando a personajes como Jean Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo (BCE), llamando a los bancos, a partir de que recortara la tasa oficial del dinero hasta el 2%, a que trasladen el esfuerzo que se hace desde esta institución monetaria a la economía real, mediante la reactivación de los créditos a empresas y consumidores.
Desde la Unión Europea, el Ministro de Finanzas de la República Checa, (este país ostenta en la actualidad la presidencia europea) ha señalado que "las recapitalizaciones bancarias no deben servir para cumplir con los requisitos del capital, sino para prestar dinero a la economía real".
El último en manifestarse ha sido Barak Obama, que ha tachado al sistema que tenía sus entrañas en Wall Street de "sinvergüenza" e "irresponsable", además de amenazarlo con medidas contundentes.
En España, Solbes primero, y más tarde Rodríguez Zapatero, se han "atrevido", en las últimas semanas, a "tirar de las orejas" a los bancos por restringir los créditos a las familias y a las empresas declarando que la banca "debe arrimar el hombro como lo está haciendo todo el mundo". Ahora bien, a la manera española, con la boquita chica, intentando tranquilizar al personal, amagando y no dando, como se constata después de que el PSOE apoyara la petición de ICV para que seis grandes banqueros comparecieran a dar explicaciones al Parlamento el pasado día 19 de enero y diez días mas tarde se echara para atrás. José Antonio Alonso, su portavoz, dice que los bancos y cajas no deben dar explicaciones en el Congreso sino ante sus accionistas y eso que según una encuesta del propio Gobierno a 400 empresas, la banca no da crédito ni a los proyectos rentables y que, según el ICO, no existe ninguna intención de aplazar las hipotecas, pese a los acuerdos y a la inyección económica del Estado.
Para más INRI, en la reunión del pasado día dos de febrero de Rodríguez Zapatero con los banqueros más importantes del país, volvió a quedar meridianamente claro, por parte de éstos, que ellos con su dinero, y el de todos nosotros, hacen lo que les da la real gana y que el dinero público sólo ha servido para sanear sus arcas. Ahora sí, por favor, que no se les critique en público. Tres reuniones con los banqueros y más tomadura de pelo para todos. "Si usted quiere que demos créditos, hágase cargo de los morosos", se atreven a decirle al Presidente Zapatero. Y, en el colmo de la indecisión, Miguel Sebastián declara que al Gobierno se le está acabando la paciencia y es desmentido al momento por José Blanco, que afirma que el PSOE tiene una paciencia infinita, y por el propio Solbes, que se jacta de tener más que el Santo Job.
Y mientras esto sucede, nos restriegan en nuestra cara sus multimillonarios beneficios en el último año: así, el Santander ha ganado en el 2008, un total de 8.876 millones de euros, y no superó esta cifra debido a las compensaciones a los estafados por Madoff; el BBVA ha conseguido ganancias de 5.020 millones de euros, La Caixa, 2052 millones, Caja Madrid 2860… En definitiva, un total de 17.790 millones de euros, lo que hace que los beneficios de los bancos españoles superen los de todos los bancos europeos juntos.
Frente al interés general del país, emplean cientos de millones en agresivas campañas publicitarias, como la que está haciendo el Santander en los últimos días, diciéndonos que tienen a disposición de sus clientes 4.000 millones de euros para conceder créditos, que después no los veremos ni por el forro al exigirnos mil avales y requisitos disuasorios.
Todo el mundo tiene claro, desde siempre, que los bancos no son hermanitas de la caridad, pero sí que tienen una enorme responsabilidad social y no la están ejerciendo y no se les está exigiendo.
Hacen falta urgentemente medidas drásticas, contundentes, que devuelvan el poder al Parlamento y al Gobierno. Que se nacionalice lo que haya que nacionalizar; que el ICO abra sus oficinas al público; que se readapten y renegocien las hipotecas y se aplacen los pagos en caso de enfermedad o desempleo; que los ciudadanos se vean beneficiados como las empresas por el concurso de acreedores; que los tipos de interés se abonen como corresponda en el momento de la bajada....
Al hilo de todo esto, y para despejar sospechas, también los partidos políticos nos deberían explicar quiénes, y en qué cantidad, se han valido de las condonaciones de miles de millones con los que el sistema bancario les ha beneficiado.
Faltan redaños o sobran favores. En cualquier caso, nos deben explicaciones. Y sobre todo, nos deben acciones contundentes, firmes, disuasorias desde el Gobierno y desde el Parlamento. A lo mejor, también desde la Justicia.
*Antonio Morales es Alcalde de Agüimes.