7 de abril de 2009

Opinión: "El apagón, la desidia y el gas"

Martes, 07 de abril.

Antonio Morales*
Nuestro refranero hace gala de enorme sabiduría popular cuando señala que la mejor defensa es un buen ataque. Pasan los años, pasan los siglos y la verdad es que somos muy poco originales a la hora de afrontar los problemas y volvemos a recurrir a las viejas armas de atacar antes de que vengan a por nosotros.
Así ha sucedido de nuevo con el apagón que sufrió Tenerife el pasado 26 de marzo, a consecuencia de las lluvias intensas que cayeron sobre la isla ese día, y así fue cuando, el 29 de noviembre de 2005, un huracán golpeó fuertemente a esta misma isla.
En aquella ocasión, Ricardo Melchior y Paulino Rivero hicieron un primer amago de acusar del desaguisado a los meteorólogos y, el aquel entonces portavoz del PP en el Parlamento de Canarias, Jorge Rodríguez, se rasgaba las vestiduras porque, más tarde, el Gobierno usara a la pobrecita Unelco-Endesa como "chivo expiatorio". Al tiempo, José María Plans, director general de la citada compañía en aquellas fechas, comparecía en los medios de comunicación culpando de lo sucedido a un importante sector de la sociedad canaria que se crispa "cada vez que hay que mover una piedra, un hotel, una carretera, una línea". Después se demostró que la falta de mantenimiento por parte de la eléctrica, y de vigilancia y control por parte del Ejecutivo canario, eran palpables. Al final todo quedó en una sanción que hizo cosquillitas a Unelco y a seguir girando la noria de los despropósitos.
Esta vez la situación no ha variado un ápice. Nada más producirse el último apagón y como si todo funcionara de manera espontánea, como si no tuvieran nada que ver los cientos de miles de euros que Unelco invierte cada año en los medios de comunicación de Canarias, muchos de ellos se lanzaron a degüello para intentar liberar de culpas a esta empresa y derivar las responsabilidades hacia los ciudadanos que "se oponen a todo" y a las instituciones que ponen en riesgo las "enormes inversiones" previstas por la compañía encargada de suministrar a las islas, a causa del pesado lastre administrativo y por el poco interés que se demuestra a la hora de acoger sus propuestas, de las que no se cita ninguna en concreto.
Ahora resulta que los pobres operadores andan deseosos de realizar inversiones millonarias para mejorar las redes y para construir las estaciones y subestaciones que demanda el servicio, pero el resto de mortales no lo permitimos. Qué pena, de verdad, que la burocracia, la incapacidad y la ignorancia de los canarios sea lo que ha propiciado que Unelco se haya desprendido de un importante número de trabajadores dedicados al mantenimiento de las redes, que haya externalizado y fragilizado, como se ha demostrado, el servicio y que haya reducido drásticamente el presupuesto dedicado a inversiones para mejoras y nueva creación de infraestructuras. Parece que no tiene nada que ver las políticas de monopolio sin verdadero control público, las improvisaciones, el escaso respeto por el medio ambiente y el desprecio por las energías alternativas.
Y bueno, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, algunos medios no se cortaron un pelo a la hora de mezclar el gas con el apagón y la falta de mantenimiento de las instalaciones. ¿Ustedes lo entienden? ¿Llegan a entender este elevado ejercicio intelectual de mezclar churras con merinas? ¿Acaso el apagón se produjo porque se agotó el fuel y no teníamos gas para reponer el combustible de las centrales?
Así, un matutino grancanario se lanzó en plancha el pasado domingo 29 de marzo, dedicándole la portada y una página completa en el interior a los enormes males que nos aquejan por el retraso en la llegada del gas. La verdad es que el reportaje, nada inocente por cierto, contiene inexactitudes casi por renglón.
En un totum revolutum, se afirmaba que el retraso en la implantación del gas genera un sobrecoste en la factura eléctrica de 200 millones de euros, lo que significa que este encarecimiento "repercute en forma indirecta en la factura que pagan los usuarios", y ponía como ejemplo el que, en el último año, la factura haya subido un 19%. La inexactitud es tan burda que casi no merece un desmentido, pero desde luego, tal afirmación es del todo incierta: el aumento es el mismo en el recibo de todos los españoles, se alumbren con gas, con fuel o con carburo.
Por otra parte, se argumentaba que el retraso en la implantación del gas perjudica a las grandes empresas con alta demanda de energía: otra falsedad. El gas sólo está previsto para las centrales de Juan Grande y Granadilla. Tendrían que pasar muchos años , antes se acaba el gas, para que eso pudiera ser posible y, por último, incidía en que la contaminación por CO2 es mucho menor con el gas, obviando que libera metano, causante cuatro veces en mayor medida del calentamiento global y cerraba, en el colmo de las falacias, con el argumento marxista (de los hermanos Marx) de que el gas va a "facilitar la expansión de los vehículos eléctricos", ya que su mantenimiento sería mucho menor, "según expertos en la materia". Ja, ja, ja.
Por cierto, una pregunta inocente, ¿por qué no instalan la planta, si tanto quieren el gas, a 10 ó 15 kilómetros de la costa? ¿Acaso porque entonces no hay negocio para la pata constructora de Gascan?
En fin. Pura Bananaria. Tal vez sea lo que nos merecemos. Tal vez sean residuos del bulevar de los sueños rotos de un país imposible.
Bueno, volviendo al apagón y dejando el Pisuerga, esta vez Paulino Rivero ha andado presto y ha señalado que "Canarias es la comunidad que ha aplicado más sanciones a las compañías eléctricas" y que "había que pedir explicaciones a Unelco", lo mismo que su portavoz Martín Marrero, que insistió en que "deben ser Red Eléctrica y Unelco quienes deben dar explicaciones y no el Gobierno", aunque olvida que es este último quien tiene la obligación de fiscalizar y vigilar para que no quiebre este servicio básico para el ciudadano.
Paradójicamente, quien más sensatez ha puesto en todo ésto, incluso dejando con el trasero al aire a algunos de sus voceros, ha sido el director general de la compañía eléctrica, Pablo Casado, quien declaró a los medios de comunicación que, a pesar de las inversiones realizadas, es importante seguir reforzando las líneas y construir una tercera Central Eléctrica en Tenerife y otros proyectos ya planificados, como un sistema integral de seguridad que "ahora, es una prioridad" aunque, tras el Delta "se ha mejorado mucho" el corredor eléctrico de la Isla. Más vale tarde que nunca.
No sé si lo dejaran, y no me refiero a la "burocracia", la "incapacidad" y al rechazo ciudadano a determinados pelotazos a costa del interés general y el bien común, sino al anuncio de Enel, la italiana dueña de Unelco, de que recorta un 45% las inversiones de Endesa en España, pasando de 24.400 a 13.100 millones de euros el plan previsto hasta 2013; todo apunta que para poder pagar a Entrecanales la cantidad equivalente por la que le compró el 25% de Acciona.
Dicho y visto todo esto, ¿quién nos garantiza la seguridad, la fiabilidad de las redes y las dotaciones de infraestructuras necesarias?
Hasta el próximo apagón y la misma retahíla.
*Antonio Morales es Alcalde de Agüimes.