
Esta popular lluvia de estrellas, son meteoros que se producen por el paso de la Tierra a través de los restos dejados por el cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del Sol. Las finas partículas de hielo y polvo, del tamaño de granos de arena dejadas por el cometa, se incendian al chocar con la atmósfera de nuestro planeta, produciendo una estela ionizada, a una altura de 70 a 100 km, que es la que vemos brillar.
Nuestro compañero Mario Villanueva, coordinador del Observatorio Astronómico de Temisas, destaca, sobremanera, la presencia de niños, niñas, gente joven, y hasta una señora de 82 años que estaba acompañada de su famlia, que, tras extender sus colchonetas en el suelo, pudieron disfrutar de la lluvia de estrellas con total comodidad.