La Provincia
La Unidad de Atención Psicosocial a Enfermos de Cáncer y sus Familiares del Sureste ha atendido a 890 familias en sus diez años de servicio, beneficiándose más de 3.500 personas, según explicó la psicóloga Paloma Babón, directora de la unidad.
El centro, pionero en Canarias, se creó en 2.000 y atendió a 539 pacientes de Santa Lucía de Tirajana, 128 de Agüimes, 114 casos de Ingenio y 89 de otros municipios de Gran Canaria.
La Unidad, con dos psicólogas, dos trabajadoras sociales y una administrativa, se impulsó en paralelo a la experiencia del entonces Alcalde de Santa Lucía, Camilo Sánchez, paciente que falleció de cáncer al finalizar dicho año. Cuatro años después, dado el interés de Ingenio y Agüimes, se amplió el ámbito de intervención a la Comarca mediante un convenio intermunicipal para atender a 123.971 habitantes. Y en 2.004, se creó otra unidad en San Bartolomé de Tirajana.
La directora, Paloma Babón, indicó que la Unidad ofrece al enfermo de cáncer y a sus familiares "un servicio de atención psicológica y social que les ayuda a comprender la enfermedad y a saber cómo enfrentarse a ella para mejorar su calidad de vida".
"Estamos muy satisfechos porque ves que es un modelo de atención integral que funciona y era necesario, aunque quedan muchas cosas por hacer y mejorar", indicó. "Mi experiencia es que nunca se le dice nada nuevo al paciente que él no sepa, no sospeche o no intuya; otra cosa es que él finja delante de su familia para no preocuparlos", comentó Babón. "Es bueno aceptar el cáncer no como una sentencia de muerte, sino como un reto al que te tienes que enfrentar. Es algo en lo que el paciente es protagonista, no la familia o el médico", agregó Babón.
Por su lado, la psicóloga Zeltia Rodríguez apuntó que "muchas veces el paciente está mucho más por delante del afrontamiento, quizá porque sea el protagonista de vivir la historia y a la familia. A las familias les cuesta más aceptar la enfermedad del cáncer que al mismo enfermo", indicó Rodríguez. "El cáncer va siendo un tema menos tabú y cada vez más se implica toda la familia. Muchas veces, el paciente acepta su enfermedad, se resigna y piensa que me ha tocado a mí, pero la familia no, y tiene una lucha continua con los médicos y con la vida, con Dios o con quien sea, y eso perfudica al paciente a muchos niveles, y uno de ellos el emocional, porque siente que no le entienden", concluye la psicóloga.
Fotografía: María Barahona, Paloma Babón, Zeltia Rodríguez, José Juan Cabrera y Sandra Rubio.
El centro, pionero en Canarias, se creó en 2.000 y atendió a 539 pacientes de Santa Lucía de Tirajana, 128 de Agüimes, 114 casos de Ingenio y 89 de otros municipios de Gran Canaria.
La Unidad, con dos psicólogas, dos trabajadoras sociales y una administrativa, se impulsó en paralelo a la experiencia del entonces Alcalde de Santa Lucía, Camilo Sánchez, paciente que falleció de cáncer al finalizar dicho año. Cuatro años después, dado el interés de Ingenio y Agüimes, se amplió el ámbito de intervención a la Comarca mediante un convenio intermunicipal para atender a 123.971 habitantes. Y en 2.004, se creó otra unidad en San Bartolomé de Tirajana.
La directora, Paloma Babón, indicó que la Unidad ofrece al enfermo de cáncer y a sus familiares "un servicio de atención psicológica y social que les ayuda a comprender la enfermedad y a saber cómo enfrentarse a ella para mejorar su calidad de vida".
"Estamos muy satisfechos porque ves que es un modelo de atención integral que funciona y era necesario, aunque quedan muchas cosas por hacer y mejorar", indicó. "Mi experiencia es que nunca se le dice nada nuevo al paciente que él no sepa, no sospeche o no intuya; otra cosa es que él finja delante de su familia para no preocuparlos", comentó Babón. "Es bueno aceptar el cáncer no como una sentencia de muerte, sino como un reto al que te tienes que enfrentar. Es algo en lo que el paciente es protagonista, no la familia o el médico", agregó Babón.
Por su lado, la psicóloga Zeltia Rodríguez apuntó que "muchas veces el paciente está mucho más por delante del afrontamiento, quizá porque sea el protagonista de vivir la historia y a la familia. A las familias les cuesta más aceptar la enfermedad del cáncer que al mismo enfermo", indicó Rodríguez. "El cáncer va siendo un tema menos tabú y cada vez más se implica toda la familia. Muchas veces, el paciente acepta su enfermedad, se resigna y piensa que me ha tocado a mí, pero la familia no, y tiene una lucha continua con los médicos y con la vida, con Dios o con quien sea, y eso perfudica al paciente a muchos niveles, y uno de ellos el emocional, porque siente que no le entienden", concluye la psicóloga.
Fotografía: María Barahona, Paloma Babón, Zeltia Rodríguez, José Juan Cabrera y Sandra Rubio.