
El proyecto, con el que la entidad financiera colabora a través de su Obra Social, con una aportación cercana a los 5.000 euros, contempla la catalogación de bodegas, lagares y maquinaria relacionada con sector vitivinícola insular y con más de un centenar de años de antiguedad.
Con la elaboración de este catálogo se pretende cimentar la posterior puesta en marcha de la ruta enoturística de Gran Canaria, una atractiva propuesta que pondrá en valor el patrimonio enológico histórico y actual. Se quiere con ello dar a conocer la existencia, por ejemplo, de hermosos lagares de piedra de más de doscientos años de antiguedad, o valiosas máquinas de prensado francesas que fueron construidad, según distintas estimaciones, a principios del siglo XX.
En último término, se quiere hacer de la zona de Monte Lentiscal un parque temático abierto, pues allí se encuentran los viñedos más antiguos de la isla y una de la mayores concentraciones de lagares de Canarias.
El sector del vino, en los últimos años, se ha ido consolidando y extendiendo a otros puntos de la isla como Tejeda, San Mateo, Telde y Agüimes, municipio que, según señalan distintas crónicas históricas, fue una importante comarca productora de vino durante los siglos XV y XVI. A partir de esta fecha, el cultivo de la vid fue decayendo hasta desaparecer totalmente durante el siglo XIX.