Diario de un cura en la JMJ: "La ciudad se llenó de alegría"

Domingo, 21 de agosto.

Jesús Vega*
Anoche (por el viernes) , ya bastante tarde, me acerqué a una asamblea del 15M en Puerta del Sol. Hablaban con mucho respeto a las diferentes opiniones y uno, que se declaró ateo, dijo textualmente:
-"Nuestra protesta tiene que ser para los políticos y no debemos molestar a estos jóvenes visitantes que llenan de alegría nuestra ciudad". Y todos aplaudieron. No se daban cuenta que, sin pretenderlo, estaban citando nada menos que el Libro de los Hechos de la Biblia. Y una pena que los indignados digan esto ahora y no hace unos días, cuando muchos se dejaron llevar de la intolerancia y la rabia. Y esta mañana del sábado, cuando muchos jóvenes a los lados de la Gran Vía cantaban y aplaudían mientras esperaban el paso del Papa, un policía me comentó:
-"La próxima semana se va a notar la falta de alegría en Madrid. No sabemos lo que hemos ganado con esta Jornada Mundial, porque este ambiente de sana alegría no se ha vivido nunca en nuestra ciudad".
Hoy estamos en Cuatro Vientos para la vigilia de oración y la misa con el Papa. Y el ambiente aquí es desbordante. Contagiado de entusiasmo y alegría he querido escuchar opiniones de algunos jóvenes canarios.
Xiomara dice que este viaje ha sido lo mejor que le pasado, se ha llenado de esperanza. Y Fran ha vivido la sensación de que la fe mueve montañas. Raúl valora el compañerismo y unión de todos los jóvenes, y Samuel resume diciendo que lo ha pasado superbién.
Algunos chicos reconocen que han vivido momentos malos. Por ejemplo, Zaira se queja del agobio y estrés. Aarón cree que lo peor han sido las manifestaciones contrarias a este Encuentro. Carolina cree que debieran haber participado en más actividades de espiritualidad, en más catequesis En cambio, Sarah invita a otros jóvenes a vivir un acontecimiento como éste porque basta ver las caras de alegría de la gente. Y Melani no duda en decir que ella quiere repetir esta experiencia única.
Coraima, de Cruce de Arinaga, dice que ha conocido a muchísima gente y se siente feliz. Korbi me dice que mil manifestantes no han podido parar a un millón de jóvenes llenos de paz y amor. En Madrid, asegura, el mundo se convierte en un Pueblo de cristianos. Verónica, con gran desparpajo, dice que está superalegre y que, aunque nos han tirado tanto agua como huevos, seguimos aquí con la mejor sonrisa viviendo cada instante de esta experiencia.
Judith valora mucho los encuentros entre todos los canarios y con el obispo que le resutó muy gracioso. Paola, que no para en ningún sitio, dice que ha tenido emociones únicas, sobre todo con la llegada del Papa. Guacimara y Sara afirman que han estado rozando la felicidad y que repetirían mil veces más una cosa así. Y Omaira no duda en decir que esto es una pasada de alegría, que ya no cabe más alegría en Madrid.
Y yo, desde aquí, en Cuatro Vientos, rodeado de un millón de jóvenes que cantan y se ayudan, y sonríen y rezan, y sueñan con un mundo mejor a pesar de la incomodidad del calor, la tierra, el cansancio y el sueño, termino mi Diario de la JMJ sintiéndome ciudadano de la Capital Mundial de la Alegría. Solo espero que lo vivido en la JMJ contagie a otros muchos jóvenes por todo el mundo. Que también nuestras islas se llenen de alegría gracias al espíritu de los setecientos jóvenes de nuestra diócesis que hasta aquí han llegado y que ya, hoy, empiezan a regresar a sus casas.
*Jesús Vega es párroco de Cruce de Arinaga y Arinaga.