
El agente que conducia el coche, que parece ser que circulaba a una velocidad adecuada, y que no llegaba a superar el límite de 40 km/h permitido en la vía, se vio sorprendido por un derrape producido por la ligera lluvia caída y, acto seguido, no pudo evitar el impacto contra el bordillo de la rotonda, lo que provocó su vuelco, sin que se viera afectado ningún otro vehículo.
Los agentes, que pudieron salir del coche por su propio pie, aunque con algunas dificultades al tener puesto el cinturón de seguridad, fueron trasladados hasta un centro de salud afectados de latigazo cervical y pequeñas magulladuras, donde una vez atendidos fueron dados de alta.