12 de noviembre de 2011

Carmelita Cocodrilo pudo haber llegado, en fase de larva, a mediados de la década pasada

Sábado, 12 de noviembre.

La Provincia
Carmelita Cocodrilo, nombre coloquial con el que se ha bautizado al pez tropical hallado por primera vez en aguas canarias por un grupo de buceadores en la zona de El Cabrón, en Arinaga, llegó a Gran Canaria hacia mediados de la década pasada, en fase de larva y procedente de Senegal o el Golfo de Guinea.
Así lo afirmó ayer el catedrático de Biología Marina de la Universidad de La Laguna, Alberto Brito, quien identificó esta especie inédita en Canarias, tras ser descubierta por Juan de Dios, miembro del Centro de Buceo Pandora de Arinaga. "Este animal hace años que está aquí, porque no crecen de la noche a la mañana hasta alcanzar esa talla. En el verano de 2004 hubo un calentamiento brusco del agua, el frente cálido del trópico avanzó hacia el Norte y puede, perfectamente, haber llegado en esa oleada, en fase de larva, hacia mediados de 2000", afirmó Brito.
El investigador indicó que, de momento, sólo se ha visto este ejemplar, cuyo nombre científico es Echiophis Punctifer, aunque fue bautizado por Arturo Boyra, director del grupo de divulgación científica Oceanográfica Canarias, como Carmelita Cocodrilo. "Como tiene un nombre científico un poco complicado, Boyra propuso llamarlo Carmelita Cocodrilo, porque es de la misma familia de un pez que hay en Canarias desde siempre, que se llama vulgarmente carmelita, y por el hecho de que tenga ese aspecto de cocodrilo, hizo que le pusiéramos ese nombre para distinguirlo de la carmelita de toda la vida".
Se trata de una especie tropical que vive en ambos lados del Atlántico tropical, en el caso de América, habitan en el Caribe, y en Africa se ubican en Senegal y el Golfo de Guinea, zonas de donde probablemente procede el ejemplar descubierto en Arinaga. "El animal no llegó nadando" confirma Brito, "porque es una especie que vive ligada al fondo marino. Nadan muy poco, sólo para escapar, pero no son animales nadadores, suelen permanecer más bien quietos".
El científico explicó que el hecho de que un ejemplar llegue tan lejos es porque "del desove nacen unas larvas capaces de comer y de nadar bien, se llaman larvas lectocéfalas, muy parecidas a las larvas de las morenas. Esa larva come, nada, es grande y poderosa, de manera que las corrientes pueden traerlas hasta Canarias, favorecidas por el calentamiento del agua".
No es la primera vez que ocurre. El profesor Brito informó que, desde mediados de los años 90, han empezado a aparecer con cierta frecuencia algunas especies tropicales en aguas Canarias. "Se han registrado en torno a 30 especies nuevas, pero no todas ellas son abundantes, la mayoría son raras, de las que se ve algún ejemplar aislado como es el caso de Carmelita Cocodrilo".
De estas 30 especies sólo dos se han vuelto abundantes en aguas canarias, de forma que hoy en día constituyen un recurso pesquero. Es el caso de un gallo tropical que se vio por primera vez en Canarias en 1993 y fue bautizado por pescadores de El Hierro como gallo aplomado. "Este animal se reproduce en las islas occidentales desde el 94 y se llegan a coger al año toneladas de esta especie".
El segundo apareció hacia mediados de los 90. "Se trata de una especie animal que tiene cabeza de caballa y cuerpo de chicharro. Se utiliza para pescar atunes, y cuando hay excedente se vende también en los mercados. Abunda en El Hierro, La Gomera y La Palma fundamentalmente. Como no tenía nombre, los pescadores, para venderlo en el mercado, le pusieron caballa-chicharro".
El catedrático de Biología Marina de la ULL apuntó que el resto de especies tropicales que se han ido descubriendo desde los años 90 son, en su mayoría, ejemplares raros y aislados. "Como el caso de este pez, Carmelita Cocodrilo, del que aún no sabemos bien cuánto mide porque está enterrado, solo le ven la cabeza, porque es lo único que asoma, típico de este animal, nada peligroso".
Brito afirmó que estas nuevas especies no suponen ninguna amenaza para la biodiversidad canaria. "Hasta ahora no hemos visto que desplacen a otras especies. De hecho, ésta vive en la arena, y el hábitat que ocupa está poco poblado, no creo que tenga ningún problema", concluyó.