![]() |
Los dos principales acusados durante la sesión de ayer |
Un testigo afirmó ayer ante la
Audiencia de Las Palmas que el principal acusado del caso kárate, Fernando Torres Baena, le reveló que cuando era niño
un vecino suyo abusó de él sexualmente en la azotea de su casa, y que tras
narrarle estos hechos se echó a llorar.
Este testigo, identificado con el número 62, ha contado también al
tribunal los abusos sexuales de los que fue objeto a partir de los 13 años por
parte de Torres Baena y cómo el acusado le fue "doblegando" poco a poco con sus charlas y forma de proceder.
Además, ha relatado que el acusado usó a su primera mujer como "cebo sexual" para que
consintiera las relaciones sexuales con él, e incluso a su hija de 9 años, a lo
que se negó por ser una niña pequeña, según afirmó durante la jornada, en la
que también han declarado otros cuatro testigos del caso, considerado el mayor
proceso por pederastia que se juzga en España.
Así mismo, el testigo identificado con el número 62, que dejó el gimnasio a
los 18 años, ha narrado que presenció un acto de zoofilia entre el principal
acusado y su perra en su chalé de Playa de Vargas.
El testigo ha explicado que también mantuvo relaciones sexuales con el
acusado Juan Luis Benítez por "mandato"
de Torres Baena, y que la experiencia que vivió durante cinco años en ese entorno
le generó problemas, por lo que tuvo que acudir a un psiquiatra.
Los problemas aún persisten, por lo que lo trata una psicóloga, y además
padece secuelas físicas anales, según ha asegurado al tribunal en la vista, a
la que asistió la acusada Ivonne González por sus propios medios después de que
fuera puesta en libertad provisional el pasado jueves.
La testigo identificada con el número 42, que recibió clases de baile en el
gimnasio desde los 13 años hasta los 16, ha señalado que tanto Torres Baena como la
monitora imputada, María José González, pronto empezaron a hablarle de las
relaciones sexuales.
Tanto ambos acusados como Ivonne González le animaron a mantener relaciones
sexuales con niños de 11 años, a lo que se opuso porque "psicológicamente no podía hacerlo", según ha indicado
esta testigo, que ha señalado que los contactos sexuales con Torres Baena se
produjeron entre los 14 y los 16 años en el chalé de Playa de Vargas y en su
gimnasio.
Además, también mantuvo relaciones con otros compañeros de la academia,
donde ha asegurado que se pasaba el día porque le habían "lavado el coco de tal manera que eran como su familia".
La abogada de María José González, Pino López Acosta, aseguró ayer, según publica Canarias7 en su edición de hoy, que es falso que su cliente imparta clases de kárate en prisión como afirmó el periódico el pasado fin de semana, citando fuentes de instituciones penitenciarias.
La abogada de María José González, Pino López Acosta, aseguró ayer, según publica Canarias7 en su edición de hoy, que es falso que su cliente imparta clases de kárate en prisión como afirmó el periódico el pasado fin de semana, citando fuentes de instituciones penitenciarias.