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Los principales acusados, en una de las sesiones del juicio |
La Policía halló numerosos objetos sexuales en el chalé del principal
acusado del caso kárate, así como vídeos pornográficos de diverso
contenido, según señaló ayer, ante la Audiencia de Las Palmas, el Jefe
del Servicio de Atención a la Familia (SAF).
Durante la nueva
sesión del juicio celebrada ayer, el inspector jefe ha indicado al
tribunal que los vídeos encontrados en el chalé de Playa de Vargas contenían escenas de sexo homosexual,
heterosexual y zoofilia.
El responsable del SAF ha indicado que
los objetos hallados eran los que se utilizaban en Vargas por los
acusados, según explicaron los niños en sus declaraciones, que ha
recordado que se localizaron látigos, consoladores, un arnés con un
pene, tubos de vaselina y un edema.
Además, ha indicado que la
habitación del gimnasio utilizada por el principal procesado, el
karateca Fernando Torres Baena, respondía a la descripción dada por los
menores, pues tal y como indicaron había una cama, un látigo y un póster
de Bruce Lee.
El responsable del SAF ha explicado que la
investigación se inició a partir de la denuncia presentada por dos de
los alumnos de Torres Baena, identificados como los testigos 1 y 70 en
la causa, que de la comisaría del distrito sur fueron remitidos al SAF,
por ser la brigada encargada de este tipo de delitos, y donde prestaron
declaración un día después, el 29 de enero de 2010.
Ha indicado
que además de estos alumnos, ese día prestó declaración un profesor de
la testigo número 1, que fue a quien esa menor primero contó lo que
sucedía en el gimnasio porque no quería que le sucediera lo mismo al
hermano pequeño de una compañera.
El responsable del SAF ha
señalado que este tipo de delitos muchas veces se destapan en los
colegios, como ha ocurrido en este caso, si bien ha manifestado que este
proceso "no es comparable a nada".
También ha comentado que la
investigación no fue compleja, porque a medida que iban declarando los
alumnos iban dando datos de otras posibles víctimas.
El inspector
ha afirmado que a los denunciantes no se les informaba de lo que habían
contado sus compañeros y que los testigos declaraban en espacios
separados, nunca de manera conjunta.
Así mismo, ha señalado que
todos ellos manifestaban un miedo generalizado hacia Fernando Torres
Baena, sobre todo, y que de sus declaraciones se desprende que había un
grupo de "elegidos", que eran los que iban a Vargas y los que
participaban en las competiciones.
En cambio, el resto de alumnos
desconocía los abusos que se cometían, al igual que los vecinos del
chalé y los padres, desconocimiento que es muy común en este tipo de
delitos, ha apuntado.
El responsable del SAF también ha indicado
que el adoctrinamiento sexual del que fueron objeto también fue muy
repetido en los relatos de los denunciantes, tanto de los menores de 9 y
10 años como de los adultos de 30 años, y ha negado que existiera una
confabulación de las víctimas para denunciar a Torres Baena.
El
inspector jefe ha comentado que le llamó la atención las características
físicas de los "elegidos", pues todos eran muy guapos, no muy
desarrollados y, con parecido físico a la primera mujer de Torres Baena,
al tiempo que ha indicado que los acusados buscaban a niños
"especialmente manipulables".
También ha aclarado que la Policía
no comentó a la exmujer de Torres Baena que su hijo menor fue objeto de
abusos por parte de su padre, sino que se le informó de que, por los
testimonios de las víctimas, sus hijos también fueron objeto de abusos
en Vargas.
En cuanto a la instrucción de la causa, el responsable
del SAF ha explicado que le correspondió al Juzgado de Instrucción
número 7 porque era el que estaba de guardia ese día, cuando se
remitieron las diligencias, y que se actuó como en todos los casos, negando que su jefe hablara con el titular del juzgado, Miguel Ángel
Parramón, para que investigara la causa: "me juego un brazo", llegó a
afirmar el inspector.
En la causa figuran como acusados, además de
Torres Baena, su actual pareja y monitora María José González, ambos en
prisión, y los también monitores Ivonne González y José Luis Benítez,
quienes se enfrentan a penas que suman un total de 621 años de prisión.