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Canarias7
A sus 19 años, Leticia Romero
González, natural del municipio de Agüimes, comenzará en unas
semanas su segundo año en la NCAA, liga femenina de baloncesto universitario
estadounidense, esta vez en el Florida State. Compagina su faceta de deportista
profesional con la de estudiante de Empresariales.
Acaba de proclamarse
subcampeona de Europa con la selección de baloncesto femenina Sub-20 y ha sido
convocada para entrenar con la selección absoluta de España. Leticia Romero
está viviendo un verano de ensueño, pero no ha sido el único. "Creo que ha sido
un buen verano deportivamente, pero ojalá queden mejores por venir todavía. Una
plata en el Campeonato de Europa de Baloncesto femenino está bien, aunque ya
hemos conseguido oros y platas mundiales en otros veranos anteriores. Pero, el
hecho de ir ya convocada a los entrenamientos es un paso muy importante.
Estoy muy contenta de, al menos, haber entrado en los entrenamientos previos",
afirma exultante la joven de Agüimes.
Y es que, pese a su
juventud, cuenta con un palmarés envidiable. Debutó en Liga Femenina
con únicamente 15 años, en las filas del CB Islas Canarias. En 2011 fue
nominada para el mejor quinteto del Europeo Sub-16 de 2011. Y fue la máxima
anotadora y mejor pasadora del Campeonato de España Junior 2012. Su explosión
como jugadora, lo hace como base, fue tal que cerca de 60 universidades
estadounidenses se interesaron el pasado verano por hacerse con sus servicios.
Finalmente, fue Kansas State quien se llevó la palma y la canaria pasó a
engrosar la lista de españolas (un total de diez) que juegan en la primera
división del baloncesto universitario femenino estadounidense.
"En el baloncesto he aprendido
bastante, la temporada de Kansas State no ha sido lo buena que esperábamos pero
éramos un equipo joven que estaba en proceso de progresar y mejorar en los años
venideros", apunta. Al llegar a tierras estadounidense la adaptación le costó
un poco. "La verdad es que notas la diferencia nada más llegar. Al principio lo
más difícil fue el idioma. Tienes que tener un margen de adaptación. Además, la
cultura norteamericana es muy diferente a la nuestra, y creo que si vas y estás
rodeada de gente que te ayuda y te intenta integrar te hace todo mucho más
fácil. Yo tuve la suerte de tener eso y la verdad es que me ha ido muy bien
este primer año. Personalmente, el idioma lo cogí más o menos y me adapté a la
cultura perfectamente. He conocido a muchísima gente, he hecho grandes
amistades y ha sido una experiencia inolvidable. Además, era la única del
equipo que no era americana", añade.
Allí ha vivido un año intenso
en el que ha tenido que compaginar sus estudios universitarios con su faceta de
deportista profesional. "Por las mañanas el entrenamiento empezaba a las
seis de la mañana, así que me tenía que despertar a las cinco de la mañana.
Tras dos horas, a las nueve de la mañana empezaban las clases, cada una con su
propio horario. Normalmente terminábamos sobre 13.00 horas. Luego volvíamos a
entrenar desde las dos de la tarde hasta las cinco y media. A las seis ya
estábamos cenando. Teníamos una cafetería para todos los deportistas de la
universidad. Tras cenar íbamos a casa a estudiar", relata la joven.
De hecho, una de las premisas
para seguir en cualquiera de los equipos universitarios de Estados Unidos es
mantener un buen nivel en los estudios. Para Leticia, eso nunca ha sido un
problema. "Junto con el futuro deportivo, lo principal son los estudios. Al
ficharte te ofrecen una beca completa en la que no tienes que pagar
absolutamente nada y te dan todas las facilidades para poder compaginar los
estudios con los entrenamientos. En España, si quieres seguir jugando a un buen
nivel a nivel profesional tienes que entrenar todos los días y es muy difícil
compaginarlo con las clases y sacarte la carrera. A veces, tienes que hacerlo a
distancia y no todas las asignaturas se pueden hacer así. En Estados Unidos, al
tener los deportes dentro de la Universidad siendo parte importante de la
misma, se compaginan ambas cosas. Están en contacto y te hacen el calendario de
forma que puedas hacer las dos cosas a la vez. Además, te ayudan con tutores y
si tienes algún problema con alguna asignatura se vuelcan contigo. Los
entrenadores y los profesores tienen un contacto fluido e incluso si tienes que
cambiar algún examen por un partido no hay problema. Hacen que sea fácil para
el deportista compaginar las dos cosas, creo que eso es algo que en España
deberíamos copiar. Es una oportunidad única la que te dan allí", explica.
Una situación que Leticia está
sabiendo exprimir al máximo. "Estoy estudiando International Business, que es
como negocios internacionales. Durante el primer año, si has elegido una
carrera dentro de Business (algo así como Empresariales), las asignaturas son
comunes. Aún puedo decidir qué enfoque le quiero dar y tengo tiempo para elegir
la carrera o la rama que quiero. Como me he cambiado de universidad a lo mejor
me decanto por contabilidad que me gusta mucho, estoy entre esas dos cosas.
Tengo el gusanillo de emprendedora y me gustaría tener mi propio negocio",
subraya.
Este año cambia de equipo y de facultad, tras dos meses de
incertidumbre. "Cambié a final de curso a la Universidad Florida State, por un
cambio de entrenadores y de todo el cuerpo técnico. Decidí que quería cambiarme
y me fui con ellos. Ahora estoy en Florida, que además tiene un clima algo más
parecido al nuestro. En Kansas hacía mucho frío (risas). Me he ido muy
contenta. Ya he estado de visita y he tenido contacto con el resto de jugadoras.
La verdad es que las primeras sensaciones son muy buenas. Además, el equipo
tiene más nivel que el de Kansas. Así que habrá que ver hasta dónde podemos
llegar y si nos podemos meter en los torneos de la NCCA", comenta.
Y es que, en Estados Unidos el
baloncesto femenino es el tercer deporte más seguido, tras el fútbol americano
y la NBA. "Hay muchas niñas que juegan al baloncesto. Es la disciplina
deportiva femenina por antonomasia. Va mucha gente a verlo. Comparado con
España no tiene nada que ver, salimos en la prensa y es un deporte importante y
muy seguido. Hay miles de chicas, de ligas y de equipos. Es un mundo
supercompetitivo. Juegues contra quien juegues es muy duro y la competición es
exigente. Es muy bueno para mejorar deportivamente", añade.
En su primer año en Estados Unidos,
concretamente en el estado de Kansas, la joven comprobó por primera vez el eco
mediático del baloncesto. Reportajes en prensa, entrevistas en televisión y la
emisión de todos los encuentros. Un mundo radicalmente distinto al que viven
las jugadoras de baloncesto femenino en España. "Ojalá en España tuviese tanto
apoyo el baloncesto femenino como lo tiene en Estados Unidos", anhela la joven.
De momento, su sueño americano continúa su camino hacia el éxito.
