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Fernando Torres Baena, en una imagen de archivo entra a su domicilio en Playa de Vargas durante uno de los registros llevados a cabo por la policía |
La vida en la cárcel de Fernando
Torres Baena se complica. La Dirección General de Instituciones
Penitenciarias ha ordenado el traslado del karateca a una cárcel de Valladolid
para que cumpla su pena de prisión en régimen cerrado, pero el Juzgado de
Vigilancia Penitenciaria de Las Palmas de Gran Canaria ha dejado sin efecto
esa decisión al rechazar que se trate de un preso peligroso, sino más bien todo
lo contrario: su comportamiento es bueno, nada conflictivo, incluso está
integrado y colabora de forma activa en el funcionamiento diario de la cárcel.
Y es que Torres Baena se ha
convertido en un referente a seguir dentro del centro penitenciario de Juan
Grande, donde ha logrado formar parte del módulo de respeto y hace de
apoyo a los internos sujetos al protocolo de suicidios, un régimen de
vigilancia especial en el que la persona de referencia se pega al recluso en
situación de riesgo como si fuera su sombra, con la finalidad de evitar que
atente contra su vida en un momento de debilidad.
El pulso que el juez Juan Avello ha
echado al organismo estatal para frenar el traslado de Torres Baena a la
Península no es gratuito: se apoya en los informes internos de los propios
funcionarios de prisiones. El conflicto empezó cuando la Junta de Tratamiento
de Las Palmas II, tras adquirir firmeza la condena impuesta al ser ratificada
por el Tribunal Supremo (TS), tuvo que revisar recientemente el régimen en el
que el preso cumplía su pena, pues pasó de estar en situación de prisión
provisional a adquirir la condición de penado.
Lo normal en estos casos es que el
recluso, si no es conflictivo, siga disfrutando del segundo grado, un régimen
que permite hacer una vida normal dentro de la cárcel. Sin embargo, en contra
del criterio de los otros cinco miembros de la Junta de Tratamiento, el
director de Las Palmas II optó por rebajarle el grado y Madrid aprobó su
trasladarlo a Valladolid, una orden que ha sido recurrida con éxito por el
abogado Ángel Luis Calonge ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. El
magistrado Avello le ha concedido la razón al letrado y ha anulado el cambio de
régimen, pero la Fiscalía de Las Palmas ha recurrido en apelación a la
Audiencia Provincial y ahora es la Sección Sexta la que tiene la última
palabra.
El resultado de ese pulso es
importante porque determinará cómo deben transcurrir los días en prisión del
maestro de artes marciales, un personaje conocido en el mundo del kárate por
los campeones regionales, nacionales e internacionales que dio su gimnasio de
la capital grancanaria. Su caso constituyó un escándalo nacional sin
precedentes por el que también fueron condenadas dos monitoras de su
escuela, Ivonne González Herrera y María José González Peña, que es la pareja
de Baena. Ambas lo ayudaban a captar alumnos para los encuentros sexuales que
organizaban en Villa Edén, la casa en la que la pareja vivía en la Playa
de Vargas, todo ello con la excusa de mejorar el rendimiento deportivo de sus
alumnos.
Hasta el momento Torres Baena
disfruta de un trato amable en prisión gracias a su colaboración y buen
comportamiento. No sólo se ha ganado la confianza de sus compañeros, quizá por
esa naturaleza de líder de la que hablaba la Sección Sexta de la Audiencia de
Las Palmas en su sentencia, sino también la de los funcionarios y terapeutas
que trabajan en su reinserción. Como ejemplo sirva su contribución al módulo de
respeto, al protocolo contra los suicidios y al funcionamiento del gimnasio,
donde da clases de kárate y prácticamente ejerce de encargado.
Esa situación puede variar si el
tribunal estima el recurso del fiscal y valida el traslado a Valladolid de
Instituciones Penitenciarias, que es partidaria de aplicarle el primer grado
para que no siga disfrutando de esas condiciones más bondadosas en prisión. Ese
régimen cerrado está pensado para presos especialmente peligrosos, con la
finalidad de que pasen casi todo el día en la celda.
De hecho, si la Audiencia de Las
Palmas finalmente acepta el recurso del fiscal, Torres Baena sólo dispondrá de
dos horas para salir al patio de manera individual, se quedará sin actividades
lúdicas y sus comunicaciones serán sometidas a vigilancia.
La Dirección General de Instituciones
Penitenciarias, que depende del Ministerio del Interior, es partidaria de
aplicar ese sistema por la repercusión mediática del caso y la gravedad de los
delitos cometidos. Baena, según los jueces, es un "depredador sexual"
que se aprovechó de su autoridad deportiva y marcial para abusar de sus
alumnos, algunos de ellos menores de 13 años.
La sentencia fue dictada en marzo de
2013 por la Sección Sexta de la Audiencia de Las Palmas y
confirmada luego por el Tribunal Supremo. Los abusos probados abarcan las
últimas dos décadas de la vida del karateca y son de tal gravedad que acarrearon
a Baena 302 años de cárcel, aunque sólo pasará un máximo de 20, tal y
como establece el Código Penal. Esa limitación fue criticada por el ponente del
fallo judicial, Salvador Alba, que reclamó reformas junto a sus colegas Emilio
Moya y Carlos Vielba para poder castigar con penas más efectivas este tipo de
macroabusos.