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El cambio de hora comenzó a extenderse de modo desigual desde 1974 a causa de la primera crisis del petróleo, momento en el que algunos países decidieron adelantar sus despertadores para aprovechar mejor la luz solar y gastar menos en iluminación.
En España, la primera norma publicada con este tipo de contenido fue un real decreto del año 1918, por el que se retrasaba la hora oficial como medio de conseguir el ahorro de carbón.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio de hora tiene un potencial de ahorro en España de unos 300 millones de euros (5 % del consumo en iluminación). De esa cantidad, 90 millones corresponden a los hogares, lo que supone un ahorro de seis euros por vivienda, mientras que los restantes 210 millones se deben a los edificios del sector terciario (servicios) y de la industria.
Para economizar también debe haber un comportamiento responsable a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando es innecesaria y usar tecnologías para aprovechar la luz natural.
Estas tecnologías consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.
La directiva europea que obliga al cambio de hora está incorporada al ordenamiento jurídico español por un real decreto de 2002 y, para determinar el momento de los cambios horarios, se ha tenido en cuenta el hecho de que en España existen dos horas oficiales: una para la Península, Ceuta, Melilla y Baleares y otra para Canarias.
El real decreto de 2002 recoge esta circunstancia con el fin de garantizar que la modificación horaria se efectuará en el mismo instante en todo el territorio nacional, lo que a su vez contribuye a preservar la simultaneidad del cambio en el conjunto de los países de la Unión Europea.
El período de la hora de verano comienza el último domingo del mes de marzo de cada año a las 02.00 horas (01.00 horas en Canarias), momento en que la hora oficial española se adelanta sesenta minutos y el día tiene una duración oficial de 23 horas, y termina el último domingo del mes de octubre a las 03.00 horas (02.00 horas en Canarias), momento en que la hora oficial española se retrasa sesenta minutos y el día tiene una duración oficial de 25 horas.