Antonio Morales*
Vivimos
tiempos convulsos. El desprestigio de las instituciones y de la política no
deja de aumentar. Los poderes económicos están ganando terreno en una
estrategia global del neoliberalismo para, jibarizando al Estado, acabar
finalmente con lo público; para destruir el tejido social, político y económico
más cercano. Vivimos tiempos difíciles para la moral, la ética y la honradez
que se ven engullidas por la competitividad que exigen los mercados. La
corrupción estructural está minando la democracia. Asistimos a la construcción
de un nuevo sistema socioeconómico donde los débiles tienen muy difícil una
existencia digna. Con la eliminación, a un ritmo endiablado, de logros sociales
históricos, se están abriendo brechas de desigualdad brutales. Se está poniendo
la sostenibilidad del planeta al borde del precipicio. Se está quebrando
la democracia y su sistema de valores. Los partidos tradicionales que sustentan
el bipartidismo son incapaces de ofrecer alternativas, cuando no se pliegan a
los dictados de los mercados.
En Gran
Canaria estamos acusando de manera significativa esta crisis. Soportamos una
tasa de paro superior al 35%; más del 60% de nuestros jóvenes están
desempleados y condenados a la emigración. Una cuarta parte de nuestra
población está situada por debajo del umbral de la pobreza; 58.000 familias
tienen a todos sus miembros en el paro y no reciben ninguna prestación
económica. Solo un 35% de la ciudadanía vive en situación de normalidad. El
deterioro de la sanidad, de la educación, de los servicios sociales, de las
prestaciones para los dependientes, de las condiciones laborales… es imparable
y afecta a los que menos recursos tienen, a los más desprotegidos…
Es hora de
tomar decisiones valientes. Hoy vivimos un momento muy parecido a aquel de 1979
cuando peleábamos contra una dictadura opresora. Necesitamos volver a
recuperar las ganas, las ilusiones (las nuestras y las de la ciudadanía), el
trabajo y las instituciones para defender la democracia, los derechos sociales,
los derechos civiles y las libertades que nos están hurtando… Tenemos que
demostrar que podemos cambiar las cosas desde la política y los gobiernos.
Desde abajo hacia arriba. Desde lo más cercano. Tenemos que combatir el
sentimiento de impotencia inducido que está calando en la sociedad,
generando confianzas y complicidades. Y la ilusión por hacer creíble que aún
estamos a tiempo, que no todo está perdido.
El Cabido
Insular de Gran Canaria debe jugar un papel vertebrador de la isla desde una
praxis transformadora, innovadora, y también soñadora. No podemos
renunciar a las utopías… El Cabildo, gobernado por el PP en esta legislatura, no
ha sabido hacer frente a la situación de deterioro económico y social que
estamos viviendo. Y está utilizando el enfrentamiento insular de manera
populista para justificar su incapacidad. Sí, es verdad que desde el Gobierno
canario se nos ha discriminado, pero lo es también que el Cabildo no ha sabido
plantar cara. Y es que no basta solo con quejarse; porque tampoco ha
cumplido con su obligación de exigir al Estado sus compromisos para con esta
isla y ha sido incapaz de enfrentarse al Gobierno de Mariano Rajoy para
denunciar sus incumplimientos con Gran Canaria en renovables (Chira-Soria,
servidumbres aeroportuarias…), en los convenios de carreteras, en la
financiación del Gran Canaria-Arena, en los fondos destinados a la
rehabilitación de las zonas turísticas…; porque ha sido manifiestamente
incompetente para solucionar los problemas del paro y la pobreza, los
energéticos, los agrícolas y ganaderos, los de la I+D+i, el tratamiento limpio
de los residuos…
Un proyecto
de trabajo riguroso desde el Cabildo para Gran Canaria debe sustentarse en
procurar la justicia social, la equidad y la igualdad de los grancanarios;
en hacer de la sostenibilidad medioambiental el elemento equilibrador; en
proyectar una propuesta que transforme la realidad económica y social. Y debe
estar sostenido en tres pilares fundamentales: proponer alternativas reales
para los que peor lo están pasando; generar un nuevo modelo económico para la
isla para superar el sistema caduco que es bastante culpable de la profunda
depresión social y económica en la que nos encontramos y profundizar en la
democracia y sus valores. Hay que poner todas las ganas en el combate contra la
desigualdad, la búsqueda del bienestar colectivo, la solidaridad y,
naturalmente, la libertad…
Esbozo algunas propuestas de trabajo para el Cabildo
que iré desmenuzando en textos sucesivos.
1. Puesta en
marcha de un plan contra la pobreza y la desigualdad. Porque en esta isla
nuestra la población en pobreza severa se ha duplicado desde el 2009 y alcanza
a casi un 10% de la ciudadanía. Porque un 17% de nuestros y hombres y mujeres
se encuentra en riesgo de exclusión social. Porque la desigualdad ha aumentado
en un 12% en los últimos años… Sin olvidarnos de reafirmar nuestra voluntad de
seguir expresando nuestra solidaridad con los pueblos empobrecidos.
2. Ejecución
de un ambicioso plan de empleo para acercar al mundo del trabajo a los
más de 154.000 grancanarios desempleados, a los miles de jóvenes que se ven
obligados a abandonar su tierra para someterse a los trabajos en precario de la
Europa rica; para procurar un recurso económico y esperanzas en el futuro.
3. Rescate y
potenciación del sector primario, para disminuir la dependencia alimentaria del
exterior que hoy llega a más de un 90%. Para alcanzar las mayores cotas que
podamos de soberanía alimentaria. Para recuperar la ruralidad; nuestras
tradiciones, nuestro paisaje y medio natural… Y debemos pensar en crear bancos
de suelo, en potenciar la agricultura y ganadería ecológicas, en recuperar la
filosofía de aquella Sialsa que desmanteló José Manuel Soria para ponerla en
manos del sector privado, que acabó destruyéndola…
4. Apuesta
decidida por las energías renovables para alcanzar la soberanía energética de
Gran Canaria. Para democratizar la energía facilitando el consumo asociado y el
balance neto. Y la generación distribuida. Para potenciar el ahorro y la
eficiencia. Para crear un consorcio público insular con la participación de
todos los ayuntamientos para que una parte importante de la energía eólica a
distribuir en los próximos meses sea pública y genere recursos para la
ciudadanía, para mejorar los servicios y los equipamientos públicos. Que sea
para el Cabildo y los 21 ayuntamientos de la isla, tengan viento o no. Que sea
el primer paso para crear un Consejo Insular de la Energía, o de la Energía y
el Agua, para profundizar en este binomio fundamental y estratégico para Gran
Canaria.
5. Apoyo a la
Innovación, la Investigación y el Desarrollo. Porque Canarias está a la cola de
España (apenas un 0,5% de inversión). Porque Gran Canaria está a la cola de
Canarias (menos de la mitad que la media de la comunidad)…Y esto es así, entre
otras razones, porque el Cabildo de Tenerife sí supo crear un ITER en 1990 para
apostar por el impulso a las renovables; porque Tenerife acaba de adjudicar las
obras de un centro de perfeccionamiento tecnológico ligado al Astrofísico,
mientras por aquí andamos en Babia. Porque no podemos quedarnos al margen de la
sociedad del conocimiento. Del desarrollo de industrias innovadoras.
6. Puesta en
marcha de un gran plan de inversiones estratégicas para la isla que dinamice la
economía y el empleo y garantice una mayor implicación del Cabildo con el
turismo como sector estratégico.
7. Defensa
del concepto integrador de Gran Canaria como una eco-isla, que apueste por la
movilidad sostenible, la protección del territorio y el paisaje, el tratamiento
limpio de los residuos, las energías limpias, la potenciación del mundo rural
que mantiene viva la identidad de nuestra isla, la reforestación, la
sostenibilidad social, económica y medioambiental, la banca ética, la
eficiencia y el ahorro en energía y agua, el urbanismo no especulativo adaptado
a la realidad climática, paisajística y cultural, el turismo verde, la
protección de nuestra biodiversidad…
8. La cultura
y el deporte deben ser elementos fundamentales para la cohesión social. Para la
integración comunitaria. También para generar economía. Para convertirnos en
vanguardia de la modernidad y también para el rescate de nuestras
tradiciones...
9. Salvaguardia
de lo público como garantía y compromiso ante los ciudadanos con la ética
y la moral. La transparencia a la hora de rendir cuentas. La participación
ciudadana. Porque es muy importante defender instituciones democráticas
sólidas, pero también un sentido fuerte de ciudadanía, con ciudadanos
vigilantes.
10. Defensa
de un cambio en el orden de los valores para recuperar el bien común, la
equidad, la solidaridad, el esfuerzo, el prestigio de la política como
instrumento para defender los derechos cívicos. La exigencia de
responsabilidades a los que nos han llevado a la situación actual.
Un reto ilusionante.
*Antonio Morales es Alcalde de Agüimes y candidato a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria por Nueva Canarias. (www.antoniomorales-blog.com)