5 de junio de 2019

Las visitas al Barranco de Barafonso, un riesgo añadido a la carretera de Temisas

Miércoles, 5 de junio.

Varios vehículos estacionados en las proximidades del barranco
Canarias7
El Barranco de Barafonso se ha convertido en un destino turístico por el que diariamente pasan decenas de personas atraídas por el cañón geológico que el agua cinceló a su paso durante años por un pequeño y estrecho tramo, pero que se está convirtiendo en un problema de seguridad, ya que el punto de la carretera GC-550, que une Agüimes con Temisas, cerca del barranco, no tiene accesos adecuados ni aparcamientos, por lo que la saturación de vehículos estacionados en el arcén y el tránsito casi constante de peatones, se ha erigido como un serio riesgo para la seguridad vial.
El Ayuntamiento de Agüimes no tiene competencias para regular los accesos a este icónico tajo geológico ni sobre la carretera que permite acceder a este enclave, una vía de carácter insular, aunque el primer edil agüimense, Óscar Hernández, manifiesta que hace tiempo que han tomado conciencia de los peligros que se están originando y ya ha informado al Cabildo de Gran Canaria y a la Guardia Civil, que es la fuerza de seguridad competente en esa vía.
De momento, la suerte ha querido que no se haya registrado ningún incidente, tal y como informa la Guardia Civil, ya que la mayor parte de los visitantes tienen extreman la precaución de estacionar sus coches en el arcén, por dentro de la línea continua que delimita la zona de circulación, una cuneta ampliada e inclinada hace unos años tras las obras de ampliación de la carretera para canalizar las aguas pluviales que ahora facilita el aparcamiento de los vehículos.
"Las redes sociales han puesto de moda el barranco y la gente acude sin conocer la zona, así que no solo aparca donde puede, sino que, en lugar de usar el camino real que conduce al barranco, camina por la carretera, con el peligro que ello conlleva en una vía con curvas cerradas donde casi no caben dos coches al mismo tiempo", señala Hernández.
En todo caso, no son solo los visitantes los que corren riesgos, ya que el propio paisaje, que ahora se ve sometido a una presión humana mucho mayor que hace unos años, ya ha sufrido algún daño en forma de grafitis grabados sobre la piedra, que son como capas de cenizas cinceladas por el agua, y como es imposible poner un vigilante las 24 horas del día, las instituciones apelan al civismo del visitante.
Asimismo, desde la Guardia Civil y la Policía Local de Agüimes se nos ha comunicado que también se están produciendo diversos robos en los vehículos, ya que sus propietarios suelen dejar objetos de valor a la vista, lo que es aprovechado por los amigos de lo ajeno.