Vecinos-as de la calle Guarapo, en el Cruce de Arinaga, han puesto en marcha un movimiento que, bajo el lema "Todo saldrá bien", apuesta por usar las fachadas de las casas para arropar y homenajear a todos aquellos profesionales que ayudan a la sociedad frente al COVID-19.
Desde hace unos días, los vecinos-as de esta calle, que podría llamarse la calle de los corazones, y dadas las circunstancias, quieren contagiar buen ánimo, esperanza y solidaridad sin salir de sus hogares y pretenden que cada una de las fachadas de las viviendas de todas aquellas personas que quieran sumarse cuelgue un corazón en homenaje y agradecimiento a todos los trabajadores (sanitarios, farmacéuticos, personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, empleados de supermercados y limpieza viaria, etc.) que le plantan cara al coronavirus desde primera línea de fuego.
La idea del reto, que nació de la creatividad y el activismo de una de las vecinas de la calle Guarapo, Celeste Apolinario, está llegando a muchísima gente través de las redes sociales (Facebook e Instagram) y ya llegan adhesiones desde diferentes puntos del planeta, una muestra de globalización amable que demuestra que la conexión humana no entiende de fronteras ni idiomas.
Así, familias de Italia, Estados Unidos, Noruega, de diferentes puntos de la península y, como no, también de Canarias, en particular de nuestra isla, han decidido dedicar unos pocos minutos de su tiempo para confeccionar un corazón y sumarse a este reto.
"Me llamó una vecina y me planteó que por qué no hacíamos algo especial por toda esa gente que está luchando contra esta enfermedad", señala Apolinario, y se le ocurrió entonces que gente así solo se merece amor y que el amor tiene un símbolo universal, el corazón. "Lo que buscamos, añade, es que cuando esos sanitarios vuelvan a casa, o cuando los militares, guardias civiles y policías patrullen las calles les pueda bastar una mirada a las casas para sentir nuestro apoyo y agradecimiento permanente y no solo cuando les aplaudimos por las tardes".