Antonio Morales*
Un suceso insólito y absolutamente inesperado ha transformado nuestras vidas literalmente de un día para otro. La aparición del coronavirus en China nos pareció un fenómeno lejano hasta que se detectaron cuatro personas infectadas en La Gomera. La incidencia del coronavirus en Europa y en España y el altísimo riesgo que la pandemia entraña para la salud pública ha obligado al Gobierno a tomar medidas inéditas hasta el momento. La declaración del Estado de Alarma y la orden de confinamiento salvo para gestiones imprescindibles, para la adquisición de productos básicos, visitas médicas o atención a personas dependientes, nos sitúan ante un escenario desconocido. Están siendo semanas muy duras y difíciles, pero debemos cuidarnos a nosotros mismos y a los demás y quedarnos en casa los que no estemos obligados a salir, porque esa es la única manera de “aplanar” la curva de contagios, frenar la expansión del virus y evitar muchas muertes.
Quiero mostrar mi enorme agradecimiento a todas las personas que se están sacrificando para luchar contra el virus y garantizar el suministro de productos básicos así como el resto de actividades diarias necesarias. El personal sanitario, de farmacias, de supermercados, transportistas, conductores/as de transportes públicos, taxistas, repartidoras/es, personal público de servicios esenciales, trabajadores/as de limpieza, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, etc… Hay miles de personas trabajando, en ocasiones realizando un esfuerzo extra, para garantizar la salud, la provisión de servicios básicos y para afianzar la normalidad dentro de la excepcionalidad de la situación. Se merecen nuestro más sincero aplauso y agradecimiento.
En estos días también estamos asistiendo a una nueva muestra de solidaridad por parte de la sociedad. Se multiplican las iniciativas culturales, deportivas y de todo tipo para hacer el confinamiento más llevadero, con conciertos gratuitos en internet, libros y revistas que se ofrecen en formato digital, contenidos audiovisuales, rutinas de ejercicio físico para hacer en casa y mantenerse en forma durante el aislamiento y un largo etcétera de actividades que suponen un enorme ejemplo de civismo y solidaridad espontáneos por parte de una sociedad dispuesta a responder en uno de los momentos más difíciles de su vida. Es una forma solidaria de aprovechar la sociedad de la comunicación.
Es evidente que el mayor ejemplo lo está dando el sistema sanitario público y el conjunto de sus profesionales que constituyen la primera línea de contención contra la pandemia y que son los que están impidiendo que se convierta en una catástrofe de enormes dimensiones. Un sistema sanitario que sin embargo ha sido sometido a una década de recortes por parte de las consignas “austericidas” de la política neoliberal y que ha visto mermada su capacidad de acción y respuesta durante la crisis de la segunda década de los 2.000.
Solo recordar algunos datos, según el Ministerio de Sanidad entre 2010 y 2014 el presupuesto sanitario pasó de 60.000 millones de euros en 2010 a poco más de 53.000 millones en 2014. Aunque a partir de ahí empezó a recuperarse hasta volver a alcanzar los 60.000 millones en 2018 en ese periodo se dejaron de invertir más de 28.000 millones, el personal contratado bajó en 30.000 efectivos entre 2012 y 2015, y las listas de espera quirúrgicas pasaron de 241.339 a 614.101 pacientes. Entre 2009 y 2018 el gasto sanitario autonómico disminuyó en casi 4.000 millones. Ojalá esta crisis sirva para volver a evaluar en su justa medida la importancia crucial de la sanidad pública y del Estado de Bienestar en general como marco de desarrollo sostenible y protección a la ciudadanía.
Desde el Cabildo de Gran Canaria tomamos medidas para la contención del virus desde antes de la declaración del Estado de Alarma. El 12 de marzo suspendimos todas las actividades públicas organizadas por la institución insular o que tuvieran lugar en nuestras instalaciones, al margen del aforo, y procedimos al cierre de bibliotecas, centros culturales o de ocio, zonas de acampada, áreas recreativas, centros de día para personas mayores y en general cualquier servicio o infraestructura no esencial que fuera un potencial foco de contagio comunitario.
Tras la declaración del Estado de Alarma y la restricción de la libre circulación, en apenas un par de días, elaboramos un decreto de servicios mínimos, habilitamos una plataforma de teletrabajo y adquirimos ordenadores portátiles suficientes para garantizar el correcto desarrollo de la actividad laboral desde los domicilios. El objetivo de todas estas medidas es garantizar la provisión de los servicios públicos esenciales (servicios sociales, centros de mayores y menores, emergencias, servicios de bomberos, aguas, residuos, protección a la mujer, mataderos, carreteras, transporte colectivo, etc.) en un momento en el que son más importantes que nunca, al mismo tiempo que se garantiza la seguridad laboral y sanitaria de todo el personal del Cabildo de Gran Canaria. Hay una comisión de la que forman parte todos los consejeros y consejeras del Gobierno insular, asesorados por un cuerpo técnico, que se reúne periódicamente para hacer un seguimiento de la situación y adoptar y actualizar todas las medidas que se estimen oportunas.
En las próximas semanas lo único que cabe es poner todo de nuestra parte para reducir al mínimo imprescindible las salidas de los domicilios y conseguir contener un virus, cuya afección en Canarias y Gran Canaria afortunadamente está siendo menor que en otras partes del Estado, aunque según los expertos lo peor está por venir. Si mantenemos la disciplina y cumplimos con nuestra parte, en unas semanas podemos empezar a tener noticias positivas. Pero es evidente que la crisis sanitaria y las medidas adoptadas para paliarla generan una crisis económica y social cuyo alcance aún no podemos prever. Se suceden los expedientes de regulación de empleo, muchas personas están perdiendo su trabajo y muchas pequeñas y medianas empresas no podrán aguantar cerradas el tiempo que dure la cuarentena.
Es una situación que nos preocupa profundamente y sobre la que ya hemos empezado a trabajar. Desde que terminen la crisis sanitaria y las medidas excepcionales adoptadas por el Gobierno tendremos que volcarnos para revertir sus consecuencias económicas. En el Cabildo ya hemos creado una comisión de trabajo que va a empezar a estudiar las medidas a incluir en un plan de atención socioeconómica para las personas directamente afectadas, un plan de reactivación económica de la isla y en general en las políticas de empleo, sociales y de desarrollo económico que se consideren necesarias una vez se evalúe la situación y la dimensión del impacto económico.
A principio de semana presentaremos un paquete de medidas encaminadas a dinamizar la economía insular, aliviar la situación de las personas que peor lo están pasando, de los más vulnerables, reforzar los recursos materiales y humanos de nuestros centros de mayores y de menores y para la asistencia domiciliaria, ayudar a los autónomos, mejorar los plazos a los proveedores, crear planes de empleo, promocionar la isla como destino atractivo para cuando se normalicen las conexiones, etc.
Vamos a estar cerca de las personas y las familias que no tienen recursos para resistir esta situación excepcional. Y queremos colaborar en la recuperación de todos los sectores teniendo en cuenta que las personas en paro, los empresarios autónomos y todo el sector turístico y de servicios debe levantarse para garantizar una reactivación solidaria de Gran Canaria.
Les quiero mandar un mensaje de serenidad. Soy consciente de que la situación es muy difícil y que se va a ir complicando a medida que pasen los días. La cuarentena es una situación que puede llegar a ser muy estresante, en especial para quienes no tienen una casa en las mejores condiciones o tienen problemas familiares. Pero todas las instituciones estamos trabajando de manera coordinada para proteger la salud pública y salir lo antes posible de esta situación. Contamos con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, con unos profesionales comprometidos y entregados de primer nivel y las muestras de solidaridad y apoyo mutuo de la sociedad están siendo apabullantes. Necesitamos hacer un esfuerzo personal por el bien de todos.
Es imposible saber cuándo y cómo saldremos de esta situación, ni cuáles serán sus consecuencias. Pero si algo se ha puesto de manifiesto estos días es que frente a la doctrina neoliberal que propugna la reducción del papel del Estado y una sociedad basada solo en la competencia y la maximización del beneficio particular, necesitamos intervención pública para garantizar el bienestar, así como el cuidado mutuo, la colaboración y la solidaridad. No podemos permitir que se repita lo sucedido en 2008, cuando las personas más vulnerables fueron las más perjudicadas. Debemos aprender de lo que sucedió. Desde el Cabildo pondremos todos nuestros recursos y esfuerzos en intentar para conseguirlo.
Habrá que pelear sin desmayo para que la sanidad pública, la educación, las políticas sociales, las fuerzas de orden público, los servicios esenciales públicos en general, sean dotados de los medios suficientes para afrontar el futuro de una manera más justa socialmente y más efectiva. Porque el calentamiento global nos volverá a poner con mayor frecuencia ante situaciones como la que estamos viviendo. Habrá que demostrarle a Europa que solo tiene sentido como comunidad si es solidaria, socialmente justa, independiente frente a los mercados, creíble para la mayoría social. Sigamos aplaudiendo a los servidores públicos, pero defendamos después con el mismo ahínco que se potencie el Estado de Bienestar.
Muchas gracias y muchísimo ánimo. Con la ayuda de todos y todas vamos a recuperar una Gran Canaria que siempre ha sabido hacer frente a las adversidades y salir victoriosa.
*Antonio Morales es Presidente del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomoralesgc.com)