Viernes, 19 de junio.
Germán López*
Cuando uno se plantea ser músico y subirse a un escenario se imagina un sinfín de cosas, un universo lleno de colores, sonrisas, momentos compartidos... Estás estudiando en casa, con los ojos cerrados, y te imaginas de gira con el teatro a tope de gente vibrando de la emoción con tu emoción. Es una experiencia difícil de explicar, pero creo que los músicos que puedan estar leyendo esto sepan a qué me refiero. Es algo mágico.
Pero hay otra cara, como siempre... Dicen Los Calchaquis que “a cada noche corresponde un día y a cada tristeza una alegría”.
Otras veces te ves en casa estudiando, o justo después de un concierto, y no sabes cuándo será el próximo. Los compañeros, amigos y familiares te dicen “qué guay, nos ha encantado” y que “cuándo podrán verte otra vez para avisar a un amigo o simplemente para repetir la emoción”. Y la respuesta es... “no no, no tenemos nada por delante, a ver si sale algo”
Vivimos en un territorio muy particular. Pequeño, sesgado, con costes añadidos de hospedaje, dietas, traslados, etc. por la insularidad, lo que dificulta muchas veces el buen desarrollo de muchas actividades de nuestro sector. Somos conscientes de ello, creo yo.
Estoy escribiendo este texto porque me gustaría poner énfasis en algo. Cuando corresponde quejarse, firmar un manifiesto, protestar..., estamos todos ahí, luchando por lo que creeemos que es justo, como es lógico, sensato y de recibo.
Pero a veces creo (esto es solo mi opinión) que se nos olvida dar las gracias y aplaudir cuando algo se hace bien. Se ha dicho siempre en mi casa que “de bien nacidos es ser agradecidos”.
Hace algunos años nos llegó el comentario de que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria iba a comenzar un ciclo de conciertos al aire libre en nuestra ciudad, primando además los proyectos locales, de la tierra, de Canarias. Serían además gratuítos para el público. Vamos..., casi ni nos creíamos esa noticia!! Jooo... qué maravilla!!
Pues, como saben, ha pasado el tiempo y todos esos comentarios se hicieron realidad. "Musicando" y este ayuntamiento ha dado cobijo a muchos proyectos de esos que hablaba antes, soñados en locales de ensayos, tocando para tu familia y amigos, en un lugar único, mágico, precioso, y además abarrotado de público siempre. ¿Se puede pedir más?
En este confinamiento que hemos vivido, “Musicando” ha puesto en marcha 50 conciertos desde casa, dando así trabajo a un sector que vio toda su actividad cancelada hasta nuevo aviso. Desde luego, no te resuelve la vida, pero te ayuda a seguir estando, existiendo, sintiéndote músico en activo.
Una vez acabado el confinamiento, desde que se pudo, ha vuelto a activar el ciclo con grupos reducidos de público, pero también con emisiones en streaming. No solo “Musicando” sino también en el Palacete Rodríguez Quegles y el Castillo de Mata.
Trabajo. En nuestra ciudad, para nuestros amigos, para nuestros padres, familiares, cómplices de nuestras aventuras con ganas de emocionarse.
Por supuesto siempre hay cosas que mejorar, supongo, pero si “de bien nacidos es ser agradecidos”, creo honestamente, como músico y ciudadano, que debo dar las gracias en mayúsculas por iniciativas como este “Musicando” del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS.¡Que la música no pare!
*Germán López es un maestro del timple y vecino de Arinaga.
