21 de octubre de 2021

José Ramón Torres y Nieves Pastor: "Nuestro hijo era un espíritu libre"

 Jueves, 21 de octubre.

Dos jóvenes colocan velas junto a una ofrenda floral en homenaje al joven de Arinaga
La Provincia

José Ramón Torres y Nieves Pastor, así como toda su familia, sienten y arrastran el dolor, la consternación y el enfado por la "inesperada e injusta" pérdida de su hijo Roberto Torres Pastor, fallecido el pasado día 7 en la localidad de Soyons, en el Departamento de Ardeche, en Francia, víctima de una muerte violenta.
El autor de los golpes propinados al joven de Arinaga cuando dormía se llevó su cartera y documentación, y fue un vecino que descubrió el cuerpo, aún con vida, en un paraje natural y boscoso cerca del Río Ródano, aunque falleció posteriormente en el hospital y la investigación de la Policía Judicial de Valence se encuentra bajo secreto de sumario. "No se lo merecía, en absoluto", resalta su madre.
"Nuestro hijo era un espíritu libre, tranquilo, valiente, independiente, trabajador y nunca se metía con nadie. Le encantaba conocer países, hablaba inglés, tenía pasión por el deporte, en especial por la natación y la bicicleta, y se había iniciado en el cicloturismo". Así definieron sus progenitores a Roberto Torres, de 27 años y no de 28, como se ha publicado, ya que nació en diciembre.
Los padres están "indignados" por la aparición de algunos datos erróneos en la prensa francesa, antes que ellos mismos los conocieran, ya que "su cara no estaba destrozada, ni desfigurada, como leí en un diario. La vimos en el reconocimiento", asegura Nieves Pastor.
Respecto al viaje que pretendía realizar el joven agüimense como cicloturista era unir Amsterdam, en Países Bajos, y Granada, lo que suponía cubrir una distancia de más de 2.100 kilómetros, y su intención era llegar a Gran Canaria el próximo mes de noviembre para permanecer una temporada en casa con su familia y llevar a cabo algunos proyectos como la obtención del carné de primera de camión.
"Mi hijo programó ese proyecto por lugares seguros y no peligrosos. Dormía en campings u otros sitios adecuados. Casi cada día me mandaba fotos a través de WhatsApp. Comenzó el día 10 de septiembre en los Países Bajos y el 16 ya estaba en Bélgica, sobre el día 25 llegó Boulogne-sur-mer, en Mord-Pas-de-Calais, y días más tarde a la altura de París y pasar después a la ciudad de Dijon. Me contaba cómo le iba. A veces le llovió y se resguardaba", relata la madre de la familia, que conversó también con su hijo sobre la erupción del volcán en La Palma.
Además de esta aventura cicloturista, Roberto Torres hizo otras con sus ahorros, como estar de mochilero en Granada; trabajar unos nueve meses en Países Bajos en una empresa dedicada a la entrega de paquetería; y participar en una recogida de melones en Francia, entre otras.
José Ramón Torres y Nieves Pastor permanecieron unos días en Soyons, la localidad donde a su hijo le arrebataron la vida. "Estamos muy agradecidos, aseguran, por cómo de bien nos trataron el cónsul español y la policía. Estuvieron día y noche con nosotros junto a una traductora".
La familia confía ciegamente en que la policía "hará un buen trabajo y atrapará al culpable de la muerte de nuestro hijo, tarde lo que tarde".
Asimismo, están muy agradecidos con los vecinos-as del pequeño pueblo de Soyons, un núcleo rodeado de naturaleza y senderos por donde pasan muchos ciclistas y paseantes y que tiene previsto declarar a Roberto Torres Pastor como hijo adoptivo de la localidad. 
"Allí nunca había pasado algo así", comentan los padres, y unos 300 vecinos-as han realizado una marcha blanca y han celebrado una misa en recuerdo al joven de Arinaga.
Finalmente, el próximo día 29, tras la incineración con carácter privado, se va a celebrar también una misa funeral en la Iglesia de Nuestra Señora del Pino, en Arinaga, parroquia en la que el joven fue bautizado.