Martes, 12 de abril.
Redacción
Cientos de yacimientos arqueológicos que cuentan nuestra historia se encuentran repartidos por todo el país, desde Atapuerca a Mérida, pasando por las Islas Canarias, y permiten reconstruir la vida de nuestros antepasados y comprender mejor de donde venimos.
La revista National Geographic, en un artículo de Historia firmado por Francec Cervera, en su edición del pasado día 6, recoge un listado con los 31 yacimientos más importantes de España, entre los que incluye Guayadeque y La Fortaleza de Ansite.
El artículo se abre con Atapuerca, el que quizás sea el yacimiento más famoso de España, en el que se han encontrado los fósiles de homínidos más antiguos de Europa, entre ellos el del homo Antecesor, una nueva especie humana que había sido devorada por los habitantes de lugar, y el de Altamira, donde el descubrimiento por primera vez de pinturas rupestres supuso una revolución para el mundo de la paleontología, pues demostraba que nuestros antecesores ya poseían una notable capacidad artística mucho antes de lo que se creía, pudiendo contemplarse en sus paredes diversos animales, imprentas de manos y glifos geométricos que han dado pie a muchas interpretaciones.
Sobre Guayadeque, el autor refleja que la historia de Canarias está marcada por la cultura guanche y la momificación de sus muertos, destacando como ejemplo el Cementerio de los Canarios, "cueva en la que en 2020 aparecieron un total de 72 cuerpos y más de mil artefactos de un periodo comprendido entre los siglos VIII y X d.C".
Por otra parte, la referencia a La Fortaleza, en Santa Lucía de Tirajana, el autor apunta que es un asentamiento indígena que estuvo habitado durante casi dos mil años y al que se accedía por un serpeante camino decorado con pinturas rupestres, donde el gran número de huesos de fauna encontrados hacen pensar que se trataría de una especie de santuario en el que se realizarían sacrificios.
Los 31 yacimientos más importantes de España se completan con la cueva de La Garma, ocupada desde el Paleolítico a la Edad Media; los dólmenes de Antequera, un conjunto de sepulturas megalíticas construidas hace entre 6.000 y 2.200 años; La Draga, asentamiento neolítico a orillas del Lago de Banyoles y uno de los mejores conservados de España; La Torre d'en Galmés, el poblado talayótico más grande de las Baleares que destaca por combinar un trío de tumbas megalíticas con un templo sostenido por estelas de piedra; la Naveta dels Tudons, construido en Menorca hacia el 1.000 a.C. y donde se encontraron los huesos de no más de cien individuos, acompañados por ornamentos de bronce, vasos cerámicos, botones de hueso y un cuerno hueco con los cabellos de difuntos.
Asimismo, también figura la Motilla del Azuer, un pozo fortificado erigido durante las luchas por el agua que caracterizaron la Edad de Bronce hace 4.000 años; El Turuñuelo, santuario tartésico abandonado a finales del siglo V a.C. donde aparecieron caballos, mulas y burros sacrificados ritualmente a los dioses; el Cancho roano, un templo o palacio que fue construido hacia el siglo VI a.C. por los tartesos; Numancia, la irreductible ciudad celtíbera donde se ha desenterrado una buena cantidad de armamento y efectos personales de los combatientes; Ullastret, un poblado fortificado cuyos habitantes comerciaban con los griegos de la costa mientras guerreaban con las comunidades de su entorno; Alcudia, que atesoraba uno de los mayores tesoros de nuestro patrimonio, la Dama de Elche, un busto labrado en el siglo IV a.C. que podría haber adornado la tumba de alguna noble.
El listado añade el Cerro del Santuario, una necrópolis granadina donde se descubrió otra obra maestra del arte ibérico, la Dama de Baza; el Castro de Coaña, asentamiento fortificado con elementos poco habituales como el esqueleto de una mujer joven; el Castro de Santa Tegra, uno de los asentamientos indígenas más extensos de Galicia que albergaba una población de entre 3.000 y 5.000 habitantes dedicados al cultivo del grano, la pesca y la marisquería; Empúries, fundada por los griegos hacia el siglo VI a.C. y que fue el principal puerto comercial del noroeste de Hispania; Cástulo, ciudad ibérica que se convirtió en un municipio romano tras la expulsión de los cartagineses de la Península; Tarragona, la antigua capital de la Hispania Citerior, que conserva importantes trazas de su pasado romano; Mérida, el centro administrativo de la provincia romana de Lusitania a partir del año 15 a.C.
Los yacimientos más importantes de España se completan con Bande, campamento legionario construida con precisión militar que aprovechaba las aguas termales de la zona para afrontar el duro invierno; Las Médulas, otra huella importante del paso de los romanos por nuestro país, con 600 kilómetros de galerías y túneles excavados en la arcilla rojiza de Castilla y León; el Museu d'Historia de Barcelona, un complejo entramado urbano en el subsuelo de la ciudad en el que se mezclan domus romanas con fábricas de salazones y los cimientos del primer palacio episcopal de la ciudad; la Villa de la Olmeda, levantada durante el siglo IV d.C. y que fue residencia de la élite social durante la caída del imperio romano; la Villa de Noheda, otro ejemplo de mansión descubierta en la provincia de Cuenca que destaca por una serie de mosaicos de grandes dimensiones que relata el rapto de Helena junto a escenas de banquetes, fiestas y bacanales; la Recópolis, ciudad construida por orden de Leovigildo hacia el 578 d.C. y que es el yacimiento visigodo mejor conservado que ha llegado hasta nosotros; el Tesoro de Guarrazar, una colección de crucifijos y coronas votiva que es el mayor conjunto de joyas visigodas encontrados hasta ahora; Medina Azahara, donde se construyó una gran palacio a las afueras de Córdoba tras la llegada de los árabes a la Península; y El Born, un barrio entero del siglo XVIII bajo el Mercado de Born, en el que identificaron locales como una taberna y una chocolatería.