19 de enero de 2023

Colaboración: La parroquia y el primitivo templo de San Sebastián

 Jueves, 19 de enero.                                                                                                         

Fernando T. Romero*

El sacerdote Joaquín Artiles ha escrito que la iglesia de Agüimes fue promovida a la condición de parroquia por lo menos desde el año 1505, según consta en los libros de su archivo, pero que, no obstante, todas las informaciones apuntan a que la parroquia de Agüimes se creó en 1502.
La parroquia se creó bajo la advocación del mártir San Sebastián. Los primeros colonos castellanos tenían una especial devoción a San Sebastián por su condición de abogado contra la peste. De ahí la existencia de ermitas y templos en las islas dedicados a este santo o con imágenes del mismo en su interior.
Sin embargo, para Agüimes, quince años antes de creada la parroquia, la efeméride del 20 de enero de 1487 tuvo un significado especial por coincidir con la fecha en que los Reyes Católicos, mediante Real Cédula, concedieron el término de Agüimes como Señorío Episcopal, siendo obispo Miguel López de la Serna (el sucesor de Juan de Frías).
Por tal motivo y por su trascendencia histórica, el mencionado profesor agüimense considera más importante para Agüimes dicha fecha (20-enero-1487) que la propia festividad del patrono San Sebastián, aunque ambas celebraciones coinciden en el mismo día. Tanto es así que, en memoria de este importante hecho histórico, el Colegio Púbico de Arinaga lleva por nombre “Veinte de Enero”.
El 12 de febrero de 1975, siendo alcalde Luis Trujillo González, la Corporación aprobaba que “la Agrupación Escolar de Arinaga se denomine Agrupación Escolar “20 de Enero”, en recuerdo de la fecha en que se conmemora la firma por los Reyes Católicos, en 1487, de la cédula de otorgamiento del último Señorío, y que dio lugar a la existencia de la Cámara Episcopal de este Municipio.”
De todo lo anterior, podemos concluir que Agüimes celebra dos efemérides cada 20 de enero: la concesión por los Reyes Católicos del Señorío Episcopal (1487) y la festividad de su patrono San Sebastián (desde 1502).
Por otra parte, y en otro orden de cosas, siempre nos ha causado sorpresa y admiración la foto histórica en la que aparecen los dos templos de San Sebastián: el primitivo ya cerrado por su estado de ruina, y el nuevo y actual templo todavía en construcción, pero ya abierto al culto. Sin embargo, solemos conocer bastante poco del primitivo templo. En el presente artículo pretendemos divulgar, entre otras, alguna información sobre este primitivo templo, publicada en 1985 por el mencionado Hijo Predilecto de Agüimes.
En los últimos años del siglo XV, empezando el episcopado del obispo Diego de Muros (1496-1506), los primeros colonos edificaron la primera iglesia (o ermita) en Agüimes. Esta primera ermita, pronto fue declarada en ruinas y, en el año 1527, ya existía el proyecto de este primitivo templo, iniciándose inmediatamente las obras. Pero en 1530, bajo el obispado de Luis Cabeza de Vaca, surgió un problema inesperado, por el que Agüimes estuvo a punto de perder la parroquia y la capitalidad del Señorío. Esta Villa hubiera quedado reducida a la condición de aldea o ermita. Pero, en ese mismo año, fue nombrado obispo Pedro Manrique, sucediéndole un año después Fray Juan de Salamanca. Y la nueva iglesia terminaría construyéndose en el lugar donde había sido proyectada.
En 1534, el Visitador Luis de Padilla, sede vacante, manifiesta que visitó la “nueva iglesia del Señor San Sebastián, que es la parroquial de dicha Villa, la cual halló agora nuevamente hecha”, por lo que se confirma que este primer templo de San Sebastián fue terminado en dicho año.
Vista de los dos templos en honor a San Sebastián, el actual en obras (1889)
Este templo tenía, inicialmente, un trazado rectangular. Pero por las exigencias del culto y por el aumento de población, en 1570, se le añadió una capilla por la parte norte (del evangelio), dedicada después a la Virgen del Rosario hasta 1649, año en que pasó a la ermita de las Nieves (el convento dominico se funda en esa fecha). Años más tarde, hacia 1620, se construyó otra capilla en la parte sur (de la epístola), dedicada a la Virgen de los Remedios. De esta manera, el trazado rectangular inicial se transformó en una planta de cruz latina.
La puerta principal del templo era ancha y airosa y estaba flanqueada por modestos baquetones o columnitas de piedra, dos a cada lado, separadas entre sí por una escocia o media caña deprimida. Y sobre la puerta se abría un sencillo ojo de buey. Los ángulos de la fachada eran de buena sillería descubierta. La techumbre era a dos aguas y cubierta de tejas.
Sin embargo, con el paso de los años este templo primitivo comenzó a envejecer. Más de una vez hubo que intervenir con importantes reparaciones para evitar su ruina. Por ejemplo, en 1781, casi hay que reedificarlo, según se desprende de un donativo que hace el obispo Francisco Delgado y Venegas, de 35.905 reales de vellón corriente de Castilla “para la reedificación de la iglesia parroquial y de las ermitas de Temisas y el Ingenio”.
Debido a su precariedad, este templo fue declarado en ruinas y cerrado al culto en la década de 1860. La parroquia había trasladado las celebraciones religiosas a la ermita del convento de la Plaza de Santo Domingo. Pero, tras el voraz incendio de todo el conjunto conventual (julio, 1887), las celebraciones litúrgicas volvieron al desvencijado y primitivo templo.
Sin embargo, el peligro físico que suponía para los fieles su estado ruinoso, aceleró la inauguración del actual templo de San Sebastián, todavía en construcción (diciembre, 1888). Después de esta inauguración, finalmente, el 12 de agosto de 1900, el Ayuntamiento acordaba derribar esta vieja iglesia “por estar amenazada de ruina” y, además, porque ya funcionaba el maravilloso templo actual, aunque todavía sin terminar. Por tanto, este viejo y primitivo templo de San Sebastián se mantuvo en pie durante 366 años (1534-1900).
Tras la demolición, su solar y contigua plaza (también solar) se encontraban en mal estado. Y en el año 1906, el alcalde Francisco María Melián Alvarado propuso transformar todo el terreno en una alameda, inaugurándose posteriormente (1910) lo que hoy conocemos como la Plaza del Rosario, bello y singular espacio público del casco antiguo de la Villa de Agüimes.
*Fernando T. Romero es Cronista Oficial de Agüimes.