3 de junio de 2023

Alejandra Suárez presenta en Radio Agüimes su libro "Mi padre, un espía ruso"

 Sábado, 3 de junio.

La autora, Alejandra Suárez, con un ejemplar de su obra
Redacción

La escritora Alejandra Suárez atendió ayer, vía telefónica, la llamada de "La Mirilla", el programa de Radio Agüimes que presenta Jerónimo Romero, para hablar de su libro "Mi padre, un espía ruso" (Ediciones B), en el que narra la titánica investigación que la llevó a descubrir que era hija de Aleksandr Ogoródnik, alias Trigon, uno de los espías más importantes durante la Guerra Fría, contactado por la CIA en Bogotá y capturado por el KGB en Moscú.
El libro, que está de plena actualidad por la invasión a Ucrania por parte de Rusia, incluye las memorias inéditas de su padre que suponen una crítica feroz al comunismo de la antigua URSS.
No fue hasta los 20 años cuando Alejandra Suárez, nacida en Madrid y afincada en Tenerife, fue consciente de que su padre el famoso espía ruso, un diplomático y economista soviético reclutado por la CIA como agente en Bogotá (Colombia), donde conoció a su madre, Pilar Suárez.
Mantuvieron una relación entre 1971 y 1974, cuando ella volvió a España, ya embarazada, mientras que él regresó al año siguiente a Moscú y estuvo colaborando con la CIA hasta junio de 1977, cuando fue descubierto por el KGB.
Después de ser detenido, se ofreció para escribir una confesión de sus actividades de espionaje y, para ello, pidió su bolígrafo, que ocultaba una cápsula de cianuro, y lo mordió.
Ahora, 46 años después, su hija publica "Mi padre, un espía ruso", donde se recogen tanto las memorias de Trigon como el relato de su propia investigación, ya que su madre no le confió la verdadera identidad de su padre hasta que tuvo 20 años.
"Las reticencias de mi madre, explica Alejandra Suárez, eran porque ella tenía mucho miedo que el KGB, que la tenía fichada, descubriera que mi padre, un traidor para la URSS, tenía una hija y que pudieran tomar alguna represalia contra nosotras", y señala que "creo que su intención era sobre todo protegerme al no darme más información y, más adelante, como nuestra relación fue complicada, tampoco me dijo nada. Mi madre simplemente me contó una versión muy censurada, sin darme el apellido de mi padre, y luego, con mi investigación, es como he ido descubriendo lo que sabemos ahora".
Su padre, que murió en Moscú cuando ella tenía apenas dos años, sin saber que tenía una hija, "estaba realizando su misión de pasarle información a la CIA y el contacto con mi madre era muy limitado".
Además, añade que "mi madre y la CIA habían llegado a un acuerdo para que mi padre no supiera que se había quedado embarazada por las implicaciones emocionales que esto pudiera añadir a la misión, ya peligrosa, y que tan trágicamente terminó".
El libro "Mi padre, un espía ruso" no es una obra de ficción, sino que está escrita en primera persona, salvo la parte de las memorias del padre de la autora, que es lo que dejó escrito.
Alejandra Suárez apunta que "no meto ningún elemento de ficción, sino que todo lo que cuento es la realidad tal y como la he vivido o la conozco, y está todo documentado".
La mayor fuente de la autora ha sido la documentación que su madre guardaba, y que nunca pudo ver hasta que vaciaron su casa cuando ingresó en una residencia, y por supuesto el testimonio de Martha Peterson, la oficial de campo encargada de la operación Trigon, el nombre en clave que la CIA le dio a su padre en Moscú, y quien hacía los intercambios con él.
Alejandra Suárez, que confirma sin dar muchos detalles que ya se está trabajando para que su libro se convierta en una película o serie, indica que mantuvo también conversaciones con diversas personas que conocieron a su padre o que trabajaron con él.