Domingo, 16 de julio.
Redacción
El Gobierno de España publicó a principios de este mes de julio el mapa que muestra la tasa de riesgo de pobreza infantil moderada por municipios con una población superior a los 2.500 habitantes, mostrando que la carencia de recursos económicos afecta a un tercio de los niños-as en nuestro país, una media que supera en buena parte de los ayuntamientos de la provincia de Las Palmas, donde hay 60.693 menores que viven en familias que afrontan su día a día por debajo de un umbral situado en el 60% de la mediana de ingresos.
Entre las tres islas orientales, según el estudio, un 32,3% de los 187.834 menores que residen en sus municipios, a excepción de Artenara, Tejeda y Betancuria, los tres con menos de 2.500 vecinos-as, se sitúa en riesgo de pobreza moderada.
Los cálculos se basan en datos tributarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) para el Territorio de Régimen Fiscal Común correspondientes a 2016.
En Gran Canaria, la tasa más alta se localiza en La Aldea de San Nicolas, donde un 46,1% de los 1.092 menores censadnos afronta su día a día en una situación de riesgo de pobreza moderada, mientras que en el resto de ayuntamientos el porcentaje supera el 30% en Las Palmas de Gran Canaria (33,1%), Telde (33,2%), Ingenio (30.1%), Santa Lucía de Tirajana (36,8%), San Bartolomé de Tirajana (36,9%), Mogán (36,1%), Agaete (34,4%), Gáldar (32,7%), Guía (33,8%), Moya (36,9%), Firgas (30,3%), Teror (31,3%) y San Mateo (32,2%).
Por debajo del umbral del 30%, en Gran Canaria sólo aparecen cuatro municipios: Santa Brígida (20,3%), Agüimes (28,2%), Arucas (28,3%) y Valleseco (29%).
En Fuerteventura, el municipio de Tuineje, con un 20%, es el municipio que presenta mejor balance frente a La Oliva, que roza el 40% (39,5%), mientras que en Lanzarote es Arrecife, con un 36,2% de los niños-as en riesgo de pobreza moderada frente a Teguise, que baja esa frontera al 20,8%.
Para explicar estos datos, diferentes estudios recalcan la transmisión intergeneracional de la pobreza, que muestra el impacto que tiene en las oportunidades a futuro de los niños-as.
Este trabajo pone de manifiesto que la tasa de pobreza aumenta proporcionalmente según el número de niños-as en el hogar en adultos entre 25 y 59 años, con una tasa de riesgo de pobreza del 17,3% para los hogares con un solo niño-a hasta el 32,5% para los hogares con cinco niños-as.
Además, existe una relación entre un estado de salud más precario en la infancia y el riesgo de pobreza, pues aunque la atención sanitaria es gratuita para todas las personas, algunos de los niños-as que viven en familias con un solo progenitor, en familias numerosas o de rentas más bajas presentan peor estado de salud y una asistencia sanitaria menor, sobre todo a servicios no plenamente cubiertos.
El 70% de las familias en las islas en esta situación, por ejemplo, no puede llevar a sus hijos al dentista para una buena salud bucal .