Sábado, 1 de julio.
Redacción
La Orquesta Sinfónica de Las Palmas, con residencia en el Teatro Cruce de Culturas del Cruce de Arinaga, ofrecerá dos conciertos en el Faro de Maspalomas, uno de los lugares más icónicos de Gran Canaria, para presentar sus propuestas "Salsa Sinfónica" y "Cantos Isleños".
Hoy, a las 20.30 horas, la formación realizará en "Salsa Sinfónica" un cuidado homenaje al devenir de la salsa como género latino de referencia, un espectáculo que se estrenó con gran éxito el pasado 10 de junio en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria con las voces de Marídeme Abdouyale, Manuel Estupiñán, Héctor Crespo y Anaé.
Para la ocasión, la disposición tradicional de la orquesta se entremezcla con el tres cubano e instrumentos de la percusión latina en innovadores arreglos sinfónicos que incorporan trompetas, violines, cellos o trompas para ofrecer un repaso a las piezas más reconocibles del género bajo la dirección musical de Luis Montesdeoca y la dirección escénica de Nacho Cabrera.
Por otra parte, mañana, a las 20.30 horas, la Orquesta Sinfónica de Las Palmas se suma a los actos de celebración del cincuenta aniversario de la declaración del Yacimiento de Arteara como Bien de Interés Cultural (BICI) con "Cantos sinfónicos".
Para la ocasión, se contará con la participación de solistas de referencia en el folclore canario como Benito Cabrera, Manuel Estupiñán, Patricia Muñoz, Alba Pérez o Pedro Manuel Afonso, y como especial nota cabe resaltar que la Orquesta Sinfónica de Las Palmas estrenará un tema compuesto especialmente para la ocasión, firmado por Manuel Bonino, bajo el título "Arteara, piedra inmortal".
La Orquesta Sinfónica de Las Palmas, bajo la dirección del maestro agüimense Rafael Sánchez-Araña, interpretará un repertorio que incluye canciones tan emblemáticas como "Maspalomas y tú", "La noche en Arguineguín", "Sombra del Nublo" o "Adió, Canarias querida".
Asimismo, la actriz Andrea Zoghbi recitará, como hilo conductor del concierto, fragmentos del relato "Ella y ahora", una obra de rosa Schlueter inspirada en sus propias experiencias en el yacimiento como arqueóloga durante casi treinta años.