Miércoles, 5 de julio.
Redacción
El Consejo de Ministros aprobó ayer el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en farmacias, centros sanitarios y residencias, que quedará restringida a determinados espacios de hospitales con pacientes críticos o inmunodeprimidos, quirófanos o UCI.
De esta manera, los cubrebocas, el último resquicio de las restricciones de la pandemia de la Covid-19 que permanecía presente en la vida cotidiana de la ciudadanía española, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del fin de la obligatoriedad, dará paso a una nueva etapa en la que, como en todos los demás ámbitos, serán voluntarios, aunque recomendables en aquellos ámbitos con presencia de personas vulnerables.
El Gobierno de España sigue así la recomendación del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud a favor de terminar con la obligatoriedad de las mascarillas, una reclamación que venían formulando algunas comunidades autónomas y que ya habían adoptado la mayoría de los países de nuestro entorno.
La obligación de las mascarillas estaba siendo cada vez más cuestionada en un momento en que la Covid-19 ya no esta provocando un problema de salud pública, tal y como recoge un artículo firmado por ocho expertos en enfermedades infecciosas de algunas de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, que pedían acabar con ella al argumentar que fueron críticos para proteger a la población en un contexto de inmunidad limitada, pero que el escenario ya había cambiado.