Viernes, 27 de diciembre.
Redacción
El timplista Germán López y el pianista Augusto Báez acaban de estrenar "Quizá", disponible en todas las plataformas digitales y primer sencillo de un nuevo trabajo discográfico, titulado genéricamente "Maridaje" (Virgin Records/Universal), que saldrá al mercado el próximo mes de enero y que ofrece una colección de temas para escuchar al anochecer con una copa de vino en la mano.
Esta exquisita combinación de timple y piano cargada de matices se presentará públicamente el día 1 de febrero de 2025, en el Auditorio Alfredo Kraus, y cuyas entradas están ya a la venta en auditorioalfredokraus.es y, de lunes a viernes, en las taquillas del auditorio, en horario de 16.00 a 21.00 horas, y del Teatro Pérez Galdós, en horario de 10.00 a 13.00 horas.
"Maridaje" es el primer trabajo discográfico del dúo, sin contar las decenas de colaboraciones que suman el timplista afincado en Arinaga y el pianista, y que combina la deliciosa personalidad de ambos artistas.
El disco surge como un homenaje "a esos instantes eternos que nos hacen sentir la vida con total plenitud, señala Germán López, y en los que tanto la música como el buen vino contribuyen a hacernos disfrutar de los pequeños placeres de la existencia con todos sus matices".
Por su parte, Augusto Báez apostilla que "este proyecto es posiblemente la unión perfecta de los dos instrumentos, piano y timple, combinados exquisitamente para lograr una belleza armónica y melódica inigualable".
Esta exquisita combinación de timple y piano cargada de matices se presentará públicamente el día 1 de febrero de 2025, en el Auditorio Alfredo Kraus, y cuyas entradas están ya a la venta en auditorioalfredokraus.es y, de lunes a viernes, en las taquillas del auditorio, en horario de 16.00 a 21.00 horas, y del Teatro Pérez Galdós, en horario de 10.00 a 13.00 horas.
"Maridaje" es el primer trabajo discográfico del dúo, sin contar las decenas de colaboraciones que suman el timplista afincado en Arinaga y el pianista, y que combina la deliciosa personalidad de ambos artistas.
El disco surge como un homenaje "a esos instantes eternos que nos hacen sentir la vida con total plenitud, señala Germán López, y en los que tanto la música como el buen vino contribuyen a hacernos disfrutar de los pequeños placeres de la existencia con todos sus matices".
Por su parte, Augusto Báez apostilla que "este proyecto es posiblemente la unión perfecta de los dos instrumentos, piano y timple, combinados exquisitamente para lograr una belleza armónica y melódica inigualable".