23 de abril de 2025

ATH Bioenergy reciclará hasta 31.000 toneladas de residuos orgánicos en la planta de biodigestión de la zona industrial de Arinaga

 Miércoles, 23 de abril.

Un momento del acto celebrado por ATH Bioenergy
Prensa Agüimes

La planta de biodigestión que ATH Bioenergy construye en la zona industrial de Arinaga será la primera de las cuatro que la empresa tiene proyectadas en Canarias, junto con las de Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote, para aprovechar los residuos orgánicos que produce la actividad turística, especialmente los establecimientos hoteleros, así como los del sector alimentario (supermercados, restaurantes o cafeterías).
Gracias a esta planta, que se espera que esté operativa en el primer trimestre de 2026, la empresa prevé reciclar hasta 31.000 toneladas anuales de residuos orgánicos para convertirlos en fertilizantes de alta calidad con la producción de 4.000 toneladas de compost y unas 2.200 de biometano.
ATH Bioenergy celebró ayer un acto, que contó con la asistencia del Concejal de Sector Primario y Transición Ecológica del Ayuntamiento de Agüimes, Francisco Trujillo, para presentar la infraestructura que construye actualmente y el sistema para la obtención de créditos de carbono.
En este sentido, la empresa explicó que la contribución a proyectos sostenibles como el que lleva a cabo en la zona industrial de Arinaga, que permiten disminuir la huella de carbono, supone obtener créditos que funcionan como permisos de emisiones, vendibles a terceros que no cumplan con los objetivos ambientales.
La nueva infraestrucutra de biodigestión, además de contribuir a la economía circular y sostenible, supondrá también la creación de una decena de puestos de trabajo directos y más de sesenta indirectos.
En Canarias se calcula que se importan unas 40.000 toneladas de fertilizantes sintéticos para la agricultura, por lo que a través de esta iniciativa se podría disminuir un 10% esa dependencia del exterior.
Un objetivo adicional, señalaron los responsables de la empresa, es recuperar la actividad agrícola, pues se estima que cerca de un 60% del terreno cultivable del archipiélago se encuentra abandonado, mientras que en Gran Canaria sólo se cultiva el 37% de las hectáreas potencialmente aptas para esta actividad, por lo que la reducción de los costes derivados de la importación de fertilizantes podría ayudar a frenar el continuo abandono de la tierra.