Viernes, 30 de mayo.
Redacción
Una representación de los empleados-as y cargos públicos del Ayuntamiento de Agüimes se congregó ayer para expresar su dolor y solidaridad guardando un minuto de silencio por la tragedia ocurrida este martes en El Hierro, que causó el fallecimiento de siete personas, cuatro mujeres y tres niñas, justo en el momento en que se disponían a desembarcar del cayuco en el que viajaban en el Muelle de La Restinga.
Antes dle minuto de silencio, el Alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, se dirigió a las personas presentes para lamentar lo sucedido y manifestar la especial sensibilidad que existe en Agüimes ante este tipo de sucesos, pues en la memoria de la ciudadanía está presente aún el naufragio que se produjo en septiembre de 2007 en Arinaga, cuando una patera zozobró en la zona del Risco Verde al aproximarse a la costa y que costó la vida de diez personas, lo que conmocionó a la sociedad agüimense y generó un sentimiento de solidaridad todavía muy presente en el municipio.
El acto, convocado por la Federación Canaria de Municipios (FECAM), finalizó con un sonoro aplauso como recuerdo a cada una de las víctimas y sus familias, muchas de las cuales aún no tendrán siquiera noticia de la suerte corrida por estas mujeres y niñas en la Isla del Meridiano.
Antes dle minuto de silencio, el Alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, se dirigió a las personas presentes para lamentar lo sucedido y manifestar la especial sensibilidad que existe en Agüimes ante este tipo de sucesos, pues en la memoria de la ciudadanía está presente aún el naufragio que se produjo en septiembre de 2007 en Arinaga, cuando una patera zozobró en la zona del Risco Verde al aproximarse a la costa y que costó la vida de diez personas, lo que conmocionó a la sociedad agüimense y generó un sentimiento de solidaridad todavía muy presente en el municipio.
El acto, convocado por la Federación Canaria de Municipios (FECAM), finalizó con un sonoro aplauso como recuerdo a cada una de las víctimas y sus familias, muchas de las cuales aún no tendrán siquiera noticia de la suerte corrida por estas mujeres y niñas en la Isla del Meridiano.