Los alcaldes de los municipios de la Mancomunidad del Sureste, Santa Lucía, Ingenio y Agüimes, están discutiendo si acudir o no el próximo día 23 de los corrientes al Ministerio de Industria, en Madrid, para hablar sobre su oposición a la instalación de la planta de gas en terrenos de Arinaga.Hasta el pasado lunes, los tres alcaldes y el comité directivo de la Mancomunidad del Sureste discutían sobre la viabilidad o no de acudir a esa cita en el Ministerio de Industria, donde además debían estar presentes los representantes de la empresa Gascan, Cabildo de Gran Canaria y Gobierno de Canarias, con el consejero regional de Industria, Jorge Rodríguez, a la cabeza.
Para los portavoces de la Mancomunidad, «las serias dudas que tenemos entre acudir o no a esa reunión, es que nos tememos que lo que intentan, tanto el Gobierno de Canarias como la empresa Gascan, es dejar como responsables de que el gas no se ponga en Gran Canaria al Ayuntamiento de Agüimes, sobre todo, municipios del Sureste y el Cabildo, siendo así que los únicos que han hablado de Arinaga como sede para la implantación del gas han sido el Gobierno canario y los empresarios cercanos a Gascan».
El anuncio de esta reunión, que en principio se había fijado para el día de ayer en Madrid y que luego se pasó al día 23, surgió a raíz de unas informaciones donde la empresa Gascan manifestaba que descartaba la zona de Arinaga como ubicación de la planta de gas, pasando el proyecto definitivo a Granadilla, donde también su alcaldesa se opone a una instalación en tierra de este tipo.
Los alcaldes del Sureste, a través de su portavoces, han vuelto a reiterar que «detrás de esta movida de Gascan y el Gobierno canario hay un entramado de intereses que se centran sobre todo en la construcción en tierra, y ahora lo que buscan es dar a entender que el gas se va para Tenerife porque el alcalde de Agüimes no quiere, siendo así que la oposición es mayoritaria en todo el Sureste y a ella se ha unido el Cabildo de Gran Canaria, que tampoco ve factible la construcción de una planta en tierra, por el peligro que eso conllevaría para la Comarca, aunque los señores defensores de la idea digan que la oposición es un capricho de alguien».