22 de abril de 2008

Maria Tempellmann, una vida dedicada a los perros en la Playa de Arinaga

Martes, 22 de Abril.

Desireé Delgado (Canarias 7)
María Tempellmann llegó a Gran Canaria hace quince años y entonces comezó una nueva forma de vida dedicada por completo a los perros. Su misión, como ella lo describe, es ayudar a las mascotas que la gente, por su "irresponsabilidad", deja abandonadas a su suerte.
Al principio, María no venía con esa intención a la isla, pero al ver la "cruel" situación que vivían muchas mascotas y la cantidad de ellas que se dejaban en las perreras, comenzó su proyecto. Esta alemana, afincada en la Playa de Arinaga, posee tres páginas webs desarrolladas en Holanda, Austria y Alemania, donde introduce las fotografías de los perros que están en situación de adopción. Los canes son enviados a dichos países, ya que según cuenta María, en la isla no "hay conciencia ni responsabilidad a la hora de cuidar a los animales".
Pero además de ocupar su tiempo en esta tarea, María paga de su bolsillo todos los gastos que requieren estos animales, ya sea en vacunas o poner chips, algo que hace "con mucho gusto, aunque suponga quedarme en números rojos", confiesa.
Durante estos quince años, Maria Tempellmann dice haber mandado más de 7.000 perros repartidos en los tres países, llegando a enviar en un solo año más de 500. Estos animales viajan a su destino acompañados por turistas que vienen a Gran Canaria a pasar su vacaciones. Para ello, María cuenta con un puesto en los mercadillos de Mogán, Arguineguín y Maspalomas, donde además de vender "sus cosillas", aprovecha para captar a personas que estén dispuestas a acompañar al animal en su viaje. Comenta que no es una tarea difícil, ya que la percepción que tienen en esos países sobre las mascotas es tal, que no dudan en aceptar la propuesta, "aunque te encuentras de todo".
En la actualidad, María tiene recogidos en su casa a unos seis perros que presentan alguna discapacidad o problema psíquico. Como Salomé, por ejemplo, que la encontró en El Salobre abandonada y llena de parásitos. Una de sus última adquisiciones es un caniche que presenta problemas de socialización.
Fotografía: Borja Suárez