Las varias decenas de turistas que paseaban en horas del mediodía por el casco histórico de Agüimes, se encontraron con la sorpresa de ver como un enjambre de abejas, habitual en la fachada de la Iglesia de San Sebastián, se instalaba en los bolardos colocados para evitar el estacionamiento de vehículos en la puerta principal del templo, lo que se convirtió en el centro de los objetivos de las cámaras fotográficas y de vídeos.
Una vez se dio aviso a la Policía Local del hecho, se esperaba la llegada de un apicultor para proceder a su retirada y evitar, lo antes posible, las siempre molestas picaduras de los insectos, si bien, finalmente fue un operario municipal el encargado de recogerlas.