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El Alcalde electo de Agüimes, Antonio Morales, se pregunta cómo nuestra sociedad ha llegado a la permisividad más absoluta con la corrupción política al apoyar en las urnas a candidatos implicados en escándalos como Las Teresitas, Faycan, Góndola, entre otros, y cómo se vota mayoritariamente a un partido (PP), cómplice a lo largo de su historia con la dictadura de los mercados, que ha sido incapaz de dar propuestas para salir de la crisis, que ha evidenciado que su única ansia es entrar al gobierno estatal aunque sea a costa de dejar hundir al país.
Antonio Morales afirma que el éxito electoral del Partido Popular, un partido incapaz de lanzar ni una sola propuesta para salir de la crisis y que está manchado por la sombra de la corrupción en todo el Estado, pone en evidencia que la sociedad es totalmente permisiva y cómplice con esta lacra que estamos padeciendo.
Tras poner en alza al movimiento 15-M, que ha salido a las plazas en las principales ciudades españolas para reclamar una mejor democracia, incluidas Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, se pregunta dónde están los intelectuales canarios, dónde están los 300.000 parados que hay en las islas, dónde están los familiares de las personas dependientes a quienes CC y PP han desprotegido por razones políticas, dónde están las personas que forman parte de las interminables listas de espera sanitarias, dónde están los familiares de las personas que se ven acinadas en los servicios de urgencias, dónde está el profesorado de las islas que se queja del abandono institucional y de los recortes impuestos.
Tras afirmar que, personalmente, debería estar bailando de contento por sus resultados en Agüimes, donde ha revalidado ampliamente su mayoría absoluta, dijo que siente una gran tristeza por el desolador panorama que ha dejado el proceso electoral del pasado domingo, puesto que no sólo ha puesto de manifiesto la victoria del conservadurismo más duro representado en el PP, la derrota de un entregado PSOE a los dictados de la derecha, sino que hemos vuelto a ver cómo ha triunfado la apatía que ha impregnado lo más profundo de nuestra sociedad, el derrocamiento de los valores, la desaparición de la conciencia, puesto que cada vez es más patente que a la gran mayoría de la ciudadanía lo único que le interesa es vivir, consumir y vegetar.
Considera lamentable que estas cosas estén pasando sin que se produzca una denuncia colectiva a gran escala, por lo que insiste en que la permisividad y la complicidad de la sociedad es desalentadora, dicho lo cual, afirma que es absolutamente insultante para con el ser humano, con la democracia, con el desarrollo de este planeta todo lo que está pasando.
Sobre el papel que están jugando los sindicatos, tras advertir que sus conclusiones no deben ser interpretadas como antisindicalistas, Antonio Morales lamenta que las grandes organizaciones se hayan convertido en sindicatos de clase funcionarial que se han enquistado en las instituciones públicas, subvencionados por las administraciones, acríticos, por tanto, con el poder. En este sentido, advierte que no se puede consentir la burocratización alcanzada por la mayoría de sindicatos que, incluso, llegan a alentar las diferencias entre los trabajadores, abriendo profundas diferencias entre ellos y olvidando a quienes más lo necesitan, lo que ha motivado que los trabajadores no se hayan movilizado en este proceso electoral.
El Alcalde electo de Agüimes, Antonio Morales, se pregunta cómo nuestra sociedad ha llegado a la permisividad más absoluta con la corrupción política al apoyar en las urnas a candidatos implicados en escándalos como Las Teresitas, Faycan, Góndola, entre otros, y cómo se vota mayoritariamente a un partido (PP), cómplice a lo largo de su historia con la dictadura de los mercados, que ha sido incapaz de dar propuestas para salir de la crisis, que ha evidenciado que su única ansia es entrar al gobierno estatal aunque sea a costa de dejar hundir al país.
Antonio Morales afirma que el éxito electoral del Partido Popular, un partido incapaz de lanzar ni una sola propuesta para salir de la crisis y que está manchado por la sombra de la corrupción en todo el Estado, pone en evidencia que la sociedad es totalmente permisiva y cómplice con esta lacra que estamos padeciendo.
Tras poner en alza al movimiento 15-M, que ha salido a las plazas en las principales ciudades españolas para reclamar una mejor democracia, incluidas Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, se pregunta dónde están los intelectuales canarios, dónde están los 300.000 parados que hay en las islas, dónde están los familiares de las personas dependientes a quienes CC y PP han desprotegido por razones políticas, dónde están las personas que forman parte de las interminables listas de espera sanitarias, dónde están los familiares de las personas que se ven acinadas en los servicios de urgencias, dónde está el profesorado de las islas que se queja del abandono institucional y de los recortes impuestos.
Tras afirmar que, personalmente, debería estar bailando de contento por sus resultados en Agüimes, donde ha revalidado ampliamente su mayoría absoluta, dijo que siente una gran tristeza por el desolador panorama que ha dejado el proceso electoral del pasado domingo, puesto que no sólo ha puesto de manifiesto la victoria del conservadurismo más duro representado en el PP, la derrota de un entregado PSOE a los dictados de la derecha, sino que hemos vuelto a ver cómo ha triunfado la apatía que ha impregnado lo más profundo de nuestra sociedad, el derrocamiento de los valores, la desaparición de la conciencia, puesto que cada vez es más patente que a la gran mayoría de la ciudadanía lo único que le interesa es vivir, consumir y vegetar.
Considera lamentable que estas cosas estén pasando sin que se produzca una denuncia colectiva a gran escala, por lo que insiste en que la permisividad y la complicidad de la sociedad es desalentadora, dicho lo cual, afirma que es absolutamente insultante para con el ser humano, con la democracia, con el desarrollo de este planeta todo lo que está pasando.
Sobre el papel que están jugando los sindicatos, tras advertir que sus conclusiones no deben ser interpretadas como antisindicalistas, Antonio Morales lamenta que las grandes organizaciones se hayan convertido en sindicatos de clase funcionarial que se han enquistado en las instituciones públicas, subvencionados por las administraciones, acríticos, por tanto, con el poder. En este sentido, advierte que no se puede consentir la burocratización alcanzada por la mayoría de sindicatos que, incluso, llegan a alentar las diferencias entre los trabajadores, abriendo profundas diferencias entre ellos y olvidando a quienes más lo necesitan, lo que ha motivado que los trabajadores no se hayan movilizado en este proceso electoral.