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Matías Suárez recolecta las aceitunas en Los Altos del Burrero |
La Provincia
La agricultura del Sureste experimenta con nuevos cultivos, como el
olivo. La Finca Los Barros de Agüimes ha logrado en un año multiplicar
por cinco la producción de aceitunas de los olivos situados en Los Altos
del Burrero, junto al Aeropuerto de Gran Canaria. Así lo manifestó su
dueño, Matías Suárez Romero, que alquiló hace poco más de un año a sus
propietarios todo el cultivo rodeado de tuneras, que limita también con
la Autopista GC-1. La finca ha pasado a producir en un año de 5.000 a
25.000 kilos de aceituna de cinco.
"La baja producción del año
pasado no se debió al ciclo de las aceitunas, en el sentido de que a una
cosecha buena le sigue otra mala, sino que la finca de olivos estaba
abandonada", expresó Matías Suárez. El cultivo de olivos de Los Altos
del Burrero tiene 850 plantas, la mayoría con una antigüedad superior a
los 40 años, contando con una superficie de 40.000 metros cuadrados.
"Aquí tenemos olivos de todas las variedades: picudo, picual,
manzanilla, hojiblanca y verdial de Canarias", indicó.
Hace quince
días empezaron la recolección a mano de aceitunas, que culminará a
final de este mes. También Matías Suárez compró a sus anteriores dueños,
hace cinco años, los olivos y la marca Finca Los Barros de Temisas, en
Agüimes, con 400 olivos, la mayoría centenarios. "Estas plantas dan en
una rama tantas aceitunas como la de un olivo nuevo", aclaró.
Esta
empresa se ha dotado del almazara más grande de Canarias, donde acuden
cerca de 200 agricultores grancanarios a que les transformen sus
aceitunas en aceite virgen extra. Su capacidad es la de triturar 500
kilos por hora, siendo la única que tiene una centrifugadora vertical,
además de la horizontal, gracias a la cual separa bien el resto del agua
del aceite.
Al igual que hacen las
almazaras municipales de Agüimes y Santa Lucía, sus dueños usan el
sistema de maquila, según el cual el agricultor se lleva el 80% de
aceite y el resto se lo queda Finca Los Barros por el trabajo. La
previsión para este año es moler unos 70.000 kilos de aceitunas, que se
transformarán en cerca de 14.000 litros de zumo de aceituna de máxima
calidad, porque no le dan ni calor ni productos químicos. Se venden en
tiendas de glamour, restaurantes de alta calidad y en los mercados del
agricultor de Gran Canaria.
La finca ecológica, que limita con una
verja del aeropuerto de Gando, también tiene más de 5.000 tuneras de
tunos indios, guayabos, naranjos, higueras y limoneros, que también
venden. "Si se saben cultivar, tanto los olivos como las tuneras indias
son producciones con mucho futuro", expresó Matías Suárez, que dejó su
anterior negocio de restauración para dedicarse de lleno a los nuevos
cultivos. "Antes transformaba la materia prima y ahora la produzco
gracias a un proyecto vital de futuro y bonito", expresó muy satisfecho
este agricultor de Agüimes.
Hasta hace cinco años llevaba los
restaurantes de Casa del Vino de El Sauzal, El Jable de Granadilla y El
Señorío de Agüimes. "Dejé el anterior negocio de restauración por éste
que me ha dado mucha calidad de vida y felicidad. Aunque es verdad que
la tierra da mucho trabajo, a mí me produce mucha satisfacción", expresó
con orgullo Matías Suárez, comentando que antes de dar el paso analizó
su viabilidad acudiendo a fincas de la Península y de Italia.
Finca
Los Barros también proyecta comprar suelo en la cumbre de Gran Canaria
para dedicarlo a los olivos y completar las fincas de la costa de Los
Altos del Burrero y de medianías de Temisas. En la actualidad es la
segunda producción de olivos de Gran Canaria, detrás de la Falcon Cresta,
también de Agüimes. "Tenemos que pensar con perspectiva de futuro para
lograr una producción permanente de aceituna", dijo Suárez Romero. "Los
olivos son árboles muy agradecidos, son muy fuertes y no sufren muchas
plagas", apuntó Matías Suárez. Este año ya se han plantado 10.000 olivos
más, aunque la mitad solo las plantó un dueño en la costa de Agüimes.
El dueño de Finca Los Barros está convencido de que "en estos momentos
son muchos los agricultores que están viendo en los olivares una salida
económica y una ayuda a la entrada en sus casas. Antes los olivos se
plantaban en los exteriores de las fincas para quitar el viento, ahora
se plantan para producir", aclaró.