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| Imagen de archivo de un barco atracado en el Puerto de Arinaga |
Canarias7
Luz verde al mayor experimento eólico de Canarias. La Autoridad Portuaria de Las Palmas cerró el viernes con la multinacional Gamesa la instalación de un molino de 160 metros de altura en la punta del dique del Puerto de Arinaga, con el fin de aprovechar las horas de viento (unas 5.000 al año) y experimentar si es rentable un parque eólico marino en el Sureste de Gran Canaria.
El Presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, sorteó los últimos flecos administrativos con el Gobierno de Canarias para que Gamesa inicie, el próximo mes de enero, las obras de urbanización.
En total, la compañía vasca, con 8.000 empleados en todo el mundo, prevé disponer del molino en el segundo semestre del año. Si la viabilidad del proyecto va a más, Gamesa dispone de un plan de negocio de 15 millones de inversión para Arinaga, que pasaría a convertirse en una unidad de referencia para la producción en cadena de molinos de estas características en zonas como el Mar del Norte.
Megaturbinas estuvo a punto de disolverse tras verse salpicada por la investigación de caso eólico. Sin embargo, siete años después del escándalo, la empresa (coparticipada por el Cabildo de Gran Canaria, el ITC y el Puerto) recobra vida propia con la incorporación de Gamesa como socio tecnológico.
La multinacional, que cotiza en el IBEX-35 de la Bolsa española (el viernes cerró a 1,6 euros), podría instalar hasta 15 molinos de grandes dimensiones en el lecho marino próximo a Arinaga, cumplendo así uno de los sueños del Alcalde de Agüimes, Antonio Morales, que lleva años abogando por la instalación de energías limpias frente a la planta de gas que siempre defendió el exconsejero de Economía, José Carlos Mauricio, para reducir la factura del coste eléctrico de la central de Juan Grande.
La Autoridad Portuaria debe resolver, en las próximas semanas, si propone al consejo la ampliación de capital para dar entrada a Gamesa, o si, por contra, se queda con la fórmula de concesión de suelo, como ha ocurrido en el Puerto de Arinaga. Cada accionista posee títulos por valor de 60.000 euros, ya que los devengos se paralizaron por la causa judicial y, desde entonces, la empresa ha permanecido inerte.
En un año y medio, Gamesa evaluaría el rendimiento y el retorno de la inversión. Si fructifica, tal y como esperan los técnicos, la compañía instalaría un segundo molino de la misma rama, con lo que el canon a los socios de Megaturbinas superaría el millón de euros.
