![]() |
| Manolo García, con uno de los vecinos afectados (Foto: G.M.) |
Canarias7
El pasado sábado, poco antes de las 15.00 horas, uno de los pocos vecinos del edificio Playa de Arinaga de Soco Negro que se encontraba en la vivienda y no en la playa, comenzó a oler a chamusquina. Escuchó el chisporroteo de algunos enchufes y corrió a la cocina. El microondas echaba humo. Las palancas del cuadro eléctrico saltaron al unísono en todas las viviendas.
De repente, escuchó a los vecinos que salían por goteo de sus casas con un tono de voz elevado, tocando en puertas de otros residentes. Así comenzaron a congregarse los afectados en el patio interior del inmueble, que aglutina 28 residencias. Con el susto en el cuerpo no sabían bien lo que había ocurrido. Acababan de perder casi todo lo que ese momento estaba conectado a la red eléctrica.
A falta de confirmar por la empresa Endesa, que hasta última hora de ayer no había dado su versión de los hechos, el incidente se pudo producir por un fuerte incremento de la tensión eléctrica, que según especularon técnicos de la compañía, pudo alcanzar unos picos de 380 voltios, cuando estas viviendas solo están preparadas para 220.
"Ha sido todo un desastre", comenta Elena Valerón, portavoz de los vecinos que, por suerte, tuvo pérdidas menores en su vivienda "porque desconecto todo si no estoy".
Quien no tuvo tanta suerte fue Manolo García: "Lo perdí todo, hasta la campana extractora de humo, la lavadora, la Wii, el horno, la lavadora, el lavavajillas, un televisor de plasma, el teléfono, el módem, todo", comenta lamentándose este vecino, que para colmo de males no tiene contrato de seguro de la vivienda. "Trataré de arreglar primero lo que yo pueda y ya veré con el resto qué hago, porque esto es una ruina". En su caso, García tendrá que negociar directamente con la compañía eléctrica.
