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El karateca Fernando Torres Baena durante la celebración del juicio |
Canarias Ahora
La Dirección General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior ha retirado el segundo grado (régimen que tienen la gran mayoría de los internos en las prisiones españolas) a Fernando Torres Baena, condenado a 302 años de cárcel por el conocido caso kárate de abusos a menores, y ha ordenado su traslado desde el Centro Penitenciario Las Palmas II, en Juan Grande, a la de Villanubia, en Valladolid.
La Dirección General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior ha retirado el segundo grado (régimen que tienen la gran mayoría de los internos en las prisiones españolas) a Fernando Torres Baena, condenado a 302 años de cárcel por el conocido caso kárate de abusos a menores, y ha ordenado su traslado desde el Centro Penitenciario Las Palmas II, en Juan Grande, a la de Villanubia, en Valladolid.
Torres Baena volverá a tener, a partir de ahora, un régimen de primer grado o cerrado, que se aplica a los presos sólo en los casos de peligrosidad extrema o de inadaptación grave y manifiesta al régimen ordinario.
Esto significa que el profesor de artes marciales permanecerá encerrado en su celda 22 horas al día, con salidas individuales de dos horas al patio. Además, sus comunicaciones estarán sometidas a vigilancia y no podrá disfrutar de las actividades lúdica como los internos de segundo grado.
La Audiencia Provincial de Las Palmas condenó el pasado mes de marzo de 2013 al principal imputado en el caso kárate, Fernando Torres Baena, a 302 años de cárcel, como autor de 35 delitos de abuso sexual y otros 13 de corrupción de menores.
La Sala consideró probado que Torres Baena se comportó con los alumnos de su academia de artes marciales como "un depredador sexual" y organizó con ellos "auténticas orgías" en su vivienda particular, en el barrio agüimense de Playa de Vargas, y en las instalaciones de la academia, sin importar su edad o género.
Así consta en los hechos probados de la sentencia, que constata que el sensei (gran maestro), ex campeón nacional de kárate, se aprovechó de su "condición de héroe deportivo" y de su "ascendencia emocional" sobre sus alumnos, muchos de ellos menores de edad, para "doblegar su voluntad" y satisfacer con ellos sus "deseos lúbricos".