Antonio Morales*
Un rápido y somero análisis de la gestión cultural en el ámbito grancanario arroja resultados decepcionantes: falta de coordinación entre consejerías, escasa identidad en la oferta, pobreza de diálogo intercultural, tanto entre las islas como entre las islas y el exterior, excesiva tendencia a la elitización (política inadecuada de entradas a los recintos y falta de democratización en las programaciones culturales), deficiente proyección de las acciones en la sociedad, disociación absoluta entre política turística y cultura, etc
Aunque es bueno que Cultura y Patrimonio, por ser buques insignia de cualquier corporación local, dependan directamente de Presidencia, la actual Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías del Cabildo Insular de Gran Canaria debería articularse de otra manera, para primar especialmente las áreas de Cultura y Patrimonio Histórico, que en la actualidad figuran como un simple “servicio”. Si se descarga esta macroconsejería de otras competencias, la labor en torno a la cultura podría coordinarse eficazmente con otras consejerías de modo fluido. Valga como ejemplo la Consejería de Turismo, sorprendentemente desvinculada de Cultura y Patrimonio Histórico.
Igualmente, es inaplazable la coordinación con las demás instituciones culturales públicas (ayuntamientos, Gobierno de Canarias) que hasta ahora no ha sido la adecuada, lo que ha provocado el derroche de recursos o la miopía en las acciones culturales, frecuentemente disociadas de los intereses de la ciudadanía.
Para relanzar la política cultural del Cabildo, podemos establecer unos objetivos complementarios pero fundamentales:
a) Potenciar el papel de la institución como mediadora entre tres elementos básicos: la participación ciudadana, el consumo cultural y la creación de cultura.
b) Establecer un diálogo entre los elementos culturales identitarios y los interculturales a todos los niveles (culto/popular, canario/no canario, tradicional/vanguardista…)
c) Apoyar la desatomización geográfica de la cultura. El Cabildo está obligado a favorecer el desarrollo cultural de todos los municipios de Gran Canaria.
Para lograr estos objetivos, y de acuerdo con el diagnóstico antes expuesto, debe existir una coordinación clara y eficiente con otras áreas o consejerías del propio Cabildo, de modo transversal, aprovechando recursos y personal para la consecución de objetivos concretos en tres ejes principales:
1.Cultura/educación. En la actualidad no es posible lograr una política cultural coherente y consolidada al margen de la educación. Por ello resulta imprescindible articular medidas para que los elementos identitarios de la cultura se vehiculen coordinadamente con políticas activas en materia de educación. Los museos insulares, el circuito de artes escénicas, los centros culturales, históricos y arqueológicos tienen su razón de existir y su garantía de continuidad sin son visitados y habitados por estudiantes de todas las edades.
2. Cultura/ciudadanía. No se logra la madurez cultural sin mirar al espejo de la sociedad. Es un error constantemente repetido el disociar los productos culturales del colectivo al que va destinado: la ciudadanía. Por ello los espacios culturales del Cabildo deben acercarse a la sociedad favoreciendo el debate y la creación artística en un sentido amplio, sin elitismos pero alerta ante los populismos vacuos. Cada uno de los sectores culturales debe tener las puertas abiertas a los recintos públicos mediante Fábricas de creación y Semilleros de idea. Por otra parte, el concepto de “consumidor cultural” ha de revalorizarse, pues no olvidemos que los agentes culturales pueden mover una parte muy importante del PIB de una región: cada espacio cultural debe poseer (mediante gestión mixta) su tienda, espacios de ocio, cafeterías.
3. Cultura/desarrollo turístico. El desarrollo turístico de Gran Canaria se mantiene a un nivel óptimo desde hace décadas. Sin embargo, la relación entre turismo y cultura es nefasta. No es posible que una cultura tan poderosa y acrisolada como la canaria esté al margen de los paquetes turísticos vacacionales. Rutas culturales, gastronómicas y deportivas, así como la presencia continua de la marca Cultura canaria en todos los programas de turoperadores, resultan necesarias para un buen desarrollo. El objetivo es combinar definitivamente el turismo de sol y playa con el turismo de cultura, como medio para fortalecer no sólo la industria cultural sino también la precaria identidad canaria ante la deslocalización que impone el turismo de masas.
En definitiva, es preciso afrontar con decisión medidas que definan una política cultural progresista e integradora para hacer posible objetivos estratégicos que pasen por:
• Reorganizar la Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías para colocar la cultura y el patrimonio histórico en el centro de atención.
• Formalizar la Asamblea de Expertos Culturales que incorpore a todos los agentes, incluidos los empresarios, artistas, creadores y universitarios.
• La coordinación con la Consejería de Turismo y los distintos ayuntamientos, así como con turoperadores y cadenas hoteleras, para establecer las rutas turístico-culturales de obligada oferta en Gran Canaria: paseos culturales, rutas gastronómicas y literarias, rutas museísticas y arqueológicas, eventos deportivos, paseos botánicos, etc. En la actualidad resulta ineludible que Canarias sea visible culturalmente, para un fortalecimiento de nuestra identidad ante el turismo de masas y para convertir al Archipiélago en un referente de Cultura internacional.
• Crear la Biblioteca Canaria y la Casa del Escritor, como futuro embrión de la Biblioteca Nacional Canaria (de ámbito suprainsular), cuyas funciones serán aglutinar las extraordinarias bibliotecas privadas existentes en Gran Canaria, reubicar otras como la de Josefina de la Torre, orientar la política del Libro (en combinación con asociaciones de escritores, editores y distribuidores), gestionar la Librería del Cabildo para orientarla hacia una verdadera librería con proyección exterior, etc.
• Forjar espacios vivos para el desarrollo de las Bellas Artes y de la Música, donde los artistas y creadores emergentes y veteranos, en diálogo con los visitantes, puedan hacer exposiciones, conciertos, entablar debates, realizar talleres…etc.
• Recuperar los principios fundamentales del CAAM: la tri-continentalidad, el diálogo entre culturas. Reconvertir el precario Centro San Martín en un verdadero Museo de Bellas Artes con colección permanente. Ahí tendría su sede el Instituto de las Bellas Artes, cuyo objetivo es la catalogación del patrimonio artístico de las isla y su divulgación mediante acciones educativas y sociales. La sala de arte San Antonio Abad debe convertirse en un semillero de iniciativas vanguardistas y espacio para pintores y escultores emergentes.
• Fortalecer las Casas-Museo insulares mediante la especialización de objetivos y la internacionalización de los autores a los que representan: Casa-Museo Pérez Galdós (Las Palmas de G.C.) como espacio de proyección para la novelística canaria, Casa-Museo León y Castillo (Telde), como espacio para la historia contemporánea de Gran Canaria, Casa-Museo Tomás Morales (Moya) como lugar de encuentro del Modernismo. Habría que potenciar, igualmente, los otros museos ya consolidados.
• Poner en marcha el Instituto de la Música Tradicional y Popular Canaria, para aumentar la divulgación e investigación de este patrimonio. Desde aquí se deberían articular iniciativas como las de la creación de un Centro de Estudios del Timple, que podría estar coordinada con el Conservatorio.
• Fundar la Casa de las Artes Escénicas y las Vanguardias Digitales, con sedes en el teatro Cuyás y en el Espacio Digital de Schamann, respectivamente. Y Reactivar el circuito de artes escénicas para la itinerancia teatral, musical y de danza por todos los municipios de la isla.
Cada uno de los espacios debería tener sus Fábricas de Creación y Semilleros de Ideas, en consonancia con una política abierta a la colaboración ciudadana. No se trata solo de dotar de más recursos económicos a las partidas presupuestarias del Cabildo para Cultura, que también. Más allá de eso, el esfuerzo principal consiste en apostar decididamente por la implicación, la participación de todos y todas, la innovación, la imaginación, la coordinación, el aprovechamiento de los recursos existentes… Y se puede hacer. Ah, y para los que pasan de estas cosas y solo piensan en clave economicista, les recuerdo que la industria cultural en Canarias mantiene vivas a casi 3.000 empresas, emplea a más de 18.000 trabajadores y supone casi un 3% de nuestro PIB.
*Antonio Morales es Alcalde de Agüimes y candidato de Nueva Canarias a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomorales-blog.com)