28 de febrero de 2016

Carta al Viento: Mentiras como catedrales

Domingo, 28 de febrero.

Jesús Vega*
*Cuando los alumnos llegaron a la Plaza de Santa Ana, el profesor contó historias de la conquista de la islas y el Real de Las Palmas y el majestuoso edificio del ayuntamiento. Un alumno ingenuo preguntó si podían pasar a ver la catedral y el nada ingenuo maestro afirmó que no porque era un edificio de los católicos sin saber, el pobre, que el edificio de los católicos es, probablemente el más importante monumento de las Islas Canarias. Y el muchacho ingenuo se quedó de piedra y comentó por lo bajo que qué vergüenza que no sepamos valorar nuestro patrimonio canario al margen de ideologías. Y que es muy triste que los canarios viajemos tanto a ver obras de arte y arquitectura fuera de nuestras islas y no conozcamos ni apreciemos lo que aquí tenemos. 
*Se pasaba el día enviando preciosos mensajes de móvil que hablaban de solidaridad con una niña enferma. Y de lo peligroso que es abrir un correo que contiene un troyano que yo no sé lo que es. Y advirtiendo de que si mandas veinte mensajes tontos a veinte personas que deberán enviarlo a otras tantas, vas a poder hablar gratis y harás felices a muchos. Y que por favor no descuelgues el teléfono si te llaman del 99839567 765438 porque te quitarán todo el dinero que tienes el banco y a lo mejor hasta el que tienes bajo el colchón. Y que mucho cuidado porque anda suelto un estafador en un coche blanco como si hubiera uno solo. Y gracias a esos amigos tan solidarios, uno anda siempre asustado porque te van a secuestrar desde que te descuides. El remitente de mensajes tan alarmantes no se ha enterado, sin embargo, de que su vecina de al lado está enfermita y lo que le va a hacer sonreír y tener un memento feliz es una sencilla conversación amable sin móviles de por medio. Pero el solidario no tiene tiempo porque está enviando mensajes solidarios.  
*Dicen que los acusados por cualquier delito tienen derecho a mentir para defenderse ante los jueces. Lo saben perfectamente todos esos que últimamente pasan por los juzgados y por el telediario. Por eso llevamos tanto tiempo escuchando mentiras legales y encima nos tragamos muchas de ellas. ¿Se acuerdan de aquel juego inocente que consistía en ver quién decía la mentira más grande o más absurda? Ya no se juega a eso porque se pone en la tele todos los días. Úlltimamente jugamos a los pactos y a los juicios. El otro día vi a unos niños que jugaban a juecitos y fiscalitos. Y por cierto, que se ha puesto de moda de nuevo el antíquísimo juego americano de policías y ladrones. Pero ahora en versión española. La original. Sin subtítulos. 
*Estaba el otro día la Catedral de Las Palmas llenita de niños. Habían ido a ganar el Jubileo de la Misericordia, porque dicen que este año está muy bien para perdonar y sentirse perdonados. Los niños siempre hablan en las iglesias, pero ese día estaban calladitos. Dos canónigos del templo más representativo de las islas, Cristóbal Pérez y José Lavandera, recibieron con afecto a los niños y sus acompañantes y les explicaron historias y curiosidades del mismo. Francisco, un pequeño de 7 años, indiferente a la antigüedad y belleza del templo, no quitó los ojos del mural donde un Cristo resucitado parece ascender al cielo. Preguntó con la mayor admiración posible: "¿Y eso pasó de verdad?" Y como no entendió la primera respuesta, insistió: "¿Pero pasó de verdad?" Hasta que lo escuchó con contundencia: "Sí, Jesús resucitó y está en el cielo. Pasó de verdad". Los niños siempre van a lo esencial.
*Todo esto que hoy les he contado pasó de verdad. Pasa de verdad. Hay quienes dicen mentiras como catedrales y quienes descubren la verdad allí, justo en la Catedral de Santa Ana. 
*Jesús Vega es Párroco de San José Obrero de Cruce de Arinaga y Vicario de las parroquias de Ingenio.