Este domingo nuestra isla volvió a soñar. El
Gran Canaria se enfrentó con ambición, honor y dignidad al Real Madrid en la
final de la Copa del Rey. En el Coliseum de A Coruña, los jugadores del
Herbalife Gran Canaria lucharon hasta el último minuto contra un equipo que ya
había ganado el preciado trofeo en 25 ocasiones. Pero al final no fue posible
la remontada que los amarillos sí
habían logrado frente al Valencia
Basket el jueves y el Dominion Bilbao el sábado.
Fue un sueño de cuarenta minutos para
escribir una de las páginas más grandes del deporte canario protagonizado por
un equipo que nació en el patio del Colegio Claret hace 53 años y que hoy hace
posible que miles de niños y niñas se ilusionen con el baloncesto en los patios
de sus colegios. Tuvimos la oportunidad de compartir ese sueño con los miles de
aficionados que se quisieron acercar al Gran Canaria Arena que el Cabildo abrió
para que la afición pudiese compartir las emociones y la ilusión colectiva
durante la retransmisión televisiva. El Herbalife Gran Canaria estuvo durante
muchos minutos mandando en el marcador, demostró que el sueño no está vetado a
los más pequeños. Sobre el parqué gallego nuestros campeones no bajaron las
manos en ningún momento, sudaron las camisetas y lograron que la conquista de
la tercera Copa consecutiva del Real Madrid no fuese un paseo triunfal para las
estrellas del firmamento de la ACB. No ganaron la Copa, pero sí la estima, el
respeto, el reconocimiento, el apoyo de miles de seguidores.
El esfuerzo también lo supieron ver los
aficionados amarillos que se habían trasladado a Galicia y recibieron con
aplausos a los jugadores cuando salían del Coliseum. Y también los seguidores
que se acercaron de madrugada al Aeropuerto de Gran Canaria a recibir al equipo al grito de “Campeones,
oe, amarillo oeoe…”. El entrenador amarillo, Aíto García Reneses, que va camino
de los 70 años y que en su larga trayectoria profesional tiene en su haber
cinco títulos de Copa (todas con el
Barça) se mostró “orgullosísimo de la entrega e ilusión del equipo”.
Después de haber saboreado la gloria y también haber experimentado derrotas, Aíto supo dirigir al equipo y cuando acabó el partido
puso su hombro para consolar a
aquellos hombres que habían jugado como héroes y al final lloraban como niños
que despertaban tras un sueño que estuvo tan cerca de ser realidad.
Cantaba Andrés Molina en el Taller Canario
(junto a Pedro Guerra y Rogelio Botanz) “Yo también nací en el 63 y desde allí
llegué hasta hoy aquí.” Precisamente en 1963, en el patio de un colegio, nació este club que hoy se codea con los
grandes. En esos patios de colegios donde nacen tantos sueños. La isla de Gran
Canaria vivió un fin de semana intenso de emociones. Mientras la manta de nieve
cubría la cumbre, el sábado la Unión Deportiva Las Palmas se enfrentaba al
Barça en el Estadio de Gran Canaria, los jugadores amarillos tampoco
permitieron que las estrellas blaugranas hiciesen un paseo triunfal, y aunque
ganaron y se llevaron los puntos, fue una victoria por la mínima. Y jugaron
mejor.
Este fin de semana el nombre de nuestra isla ha
estado protagonizando informativos de televisión y radio de toda España y
también ha estado muy presente en los periódicos y las redes sociales por la coincidencia de dos
acontecimientos deportivos con equipos de primer nivel, por la celebración de
los carnavales en la capital y por
la insólita imagen de la cumbre nevada. Fin de semana de contrastes, el frío de
la cumbre con el calor de nuestra gente, de una afición que ha estado con sus
equipos. En mis intervenciones públicas he insistido en recordar ese origen del
Granca en 1963 en el patio de un colegio. Porque, volviendo a la canción de
Andrés Molina. que en su nombre lleva el año del nacimiento de este equipo tan
vinculado al Cabildo de Gran Canaria: “Yo también, no quiero volverme sal, lo que fue que sirva
para crecer”, nuestra idea desde el Cabildo es seguir apoyando a este equipo
que ya no lucha por no descender de categorías, sino por arrebatar trofeos a
los grandes. Es dinero público el que se dedica a este club y el retorno en
forma de proyección de la Isla y en retazos de felicidad colectiva lo
justifican. Pero también nuestro mensaje es que esto debe servir también para
proyectar el deporte base, la difusión de los valores deportivos en los
colegios, en nuestros pueblos, en los barrios de nuestras ciudades. Como los
versos de Pedro Lezcano de su poema “Deseo”: “Yo entiendo que el mar quiere ser
cielo./ Desde su verde corazón asoma/ un ansia soterrada de paloma/ un espumoso
frenesí de vuelo”. Nuestro deseo es seguir soñando con alcanzar las estrellas
sin olvidarnos que somos mar y que, como dicen otros versos del mismo poema, “el
mar es suelo, blando, pero suelo.” Acompañaremos los sueños de las estrellas
deportivas, pero no nos olvidaremos de la gente que está aquí, en el suelo,
aunque eso sí, soñando siempre con nuevas metas. Gracias, muchas gracias, a todos los que han hecho posible estos
momentos.
*Antonio Morales es Presidente del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomorales-blog.com)