20 de marzo de 2016

Colaboración: El muelle viejo de Arinaga, una reliquia abandonada

Domingo, 20 de marzo.

Antonio Estupiñán*
El litoral costero de Agüimes, especiamente entre Playa de Vargas y Playa de Arinaga (casi ocho kilómetros) es poseedor de un rico historial que data de nuestros antepasados aborígenes, con asentamientos entre Temisas, Agüimes y Barranco de Guayadeque, y otros dispersos entre Playa del Burrero, Playa de Vargas y Arinaga (1450), de cuyos escasos pobladores aborígenes que quedaron se mezclaron con las fuerzas de ocupación castellana, dando lugar a la repoblación perdida (1480/1550), de cuyas generaciones hemos llegado hasta el inicio del siglo XXI. Atrás quedan más de 500 años desde la implantación del Real Señorío de los Obispos de Canarias (1486-1837), teniendo la Villa de Agüimes tierras adentro gran esplendor, mientras en su zona costera apenas existían vestigios de civilización hasta bien entrado el siglo XVII, que comenzó a tener su gran importancia tras las explotaciones de la industria de la cal auténtica, fuente industrial en la comercialización, construcción, arreglo y adecentamiento de las viviendas de la época y otras infraestructuras, llegando hasta los albores del siglo XX (1950).
De entre las numerosas historias del litoral costero de Agüimes hay que resaltar aquel muelle viejo que, en la actualidad, aún conserva parte de su centenaria estructura, justamente frente al islote y bajo la atenta mirada del que fuera soberano vigía o antiguo faro de Arinaga, construiro entre 1889 y 1992, entrando en funcionamiento en 1987. Aquel antiguo faro, cuyo proyecto fue obra de Juan de León y Castillo, siendo su constructor el ingeniero Eugenio Suárez Galván, se construyó para tener alumbramiento costero de un 30% de nuestra redonda isla, contándose con los faros de La Isleta, Punta de Melenara, el recién incorporado de Arinaga y el Faro de Maspalomas. Sin embargo, los faros de Punta de Melenara y Arinaga fueron de vital importancia, dada la peligrosidad de la navegación entre la Baja de Gando y la Punta de Tenefé.
En esa época, en la zona de Arinaga solo habían caminos y veredas para carretas tiradas por mulos, burros y caballos. Para alumbrar el Faro de Arinaga, los vapores y veleros se acercaban entre la zona del islote y el muelle viejo, donde descargaban las latas de petróleo y aceites y, desde allí, eran transportados a lomos de burros hasta el depósito de carburantes junto al antiguo faro y donde hoy, en la actualidad, ha sido rehabilitado para poner un museo marítimo y un restaurante, mientras que junto al antiguo faro también se rehabilitado la vivienda-almacén donde se depositaban las latas de petróleo y aceite para encender el faro, conservando su vistosa y panorámica visión de dos clásicas habitaciones de auténtica cantera volcánica bermeja (hoy en desuso), así como otros materiales de la época. Al entrar en funcionamiento el nuevo y moderno faro (1963), los fareros desaparecieron por los avances de las nuevas tecnologías, y el antiguo muelle viejo se abandonó a su suerte hasta nuestros días.
El responsable de este artículo entrevistó en La Provincia en 1993 a Juanito Artiles Peña, de 86 años de edad que fue uno de "los últimos supervivientes del citado muelle viejo y testigo directo del antiguo faro". En su alocución no dijo: "Recuerdo al viejo muelle de Arinaga cuando se descargan el petróleo y el aceite para alumbrar el faro; también recuerdo aquel vapor-velero Río de Oro, que tenía tres palos y, en marea llena, descargaba en lanchas las latas de petróleo y aceite hasta el viejo muelle, por tener poca profundidad y, de paso, este barco llevaba las piedras de cal de los hornos de Risco Verde y Playa de Cabrón con destino a Las Palmas. Yo estuve viviendo muchos años en las cuevas de Playa de Cabrón. Cuando se construyó el otro pequeño muelle, junto a la Playa de Arinaga, allí se llegó a descargar los manojos de varas para los tomateros y, de ahí p'alante, fue cuando empezó el progreso y a construir viviendas en Arinaga".
Hace aproximadamente cuatro lustros que al anterior alcalde de Agüimes, Antonio Morales Méndez, hoy presidente del Cabildo de Gran Canaria, nos manifestó su interés para rehabilitar lo que quedaba del muelle por su gran valor etnográfico e histórico (hoy se ha rehabilitado el viejo y antiguo Faro de Arinaga y la vivienda-depósito de carburante para el encendido del primer faro) y se ha dejado esta reliquia del muelle viejo que, de no rehabilitarse por la vía de urgencia, su débil estructura caerá por el abandono  en los próximos años y es una pena que el Ayuntamiento de Agüimes pierda el que fuera su primer muelle costero e industrial del municipio.
*Antonio Estupiñán es articulista en los medios digitales.