23 de febrero de 2017

Opinión: Pacto por Educación

Jueves, 23 de febrero.

Rosa Santa Daría Hernández*
La Educación es una asignatura obligatoria en cualquier familia desde que una nueva criatura llega a este mundo. Sucede que, últimamente, todo lo que pasa en esta sociedad convulsa en la que vivimos se debe resolver en las aulas. Educación vial, educación emocional, educación alimenticia, educación para la salud física y mental, educación para evitar el consumo de drogas, educación cívica, y un largo etc.
Es cierto que la Educación es el camino para el progreso y para la integración. Es evidente que la escuela acoge en la enseñanza obligatoria en sus aulas a todos los alumnos hasta los 16 años. Indudablemente, la sociedad va cambiando y los centros educativos se van adaptando poco a poco a esa exigencia de renovación que llega casi con cada curso escolar.
Pero eso no significa que la escuela deba sustituir a las familias en su competencia educadora, tampoco a los Ayuntamientos en los servicios sociales, mucho menos a los centros de salud en la vigilancia del cuerpo y la mente. Los programas de prevención de los distintos ministerios son necesarios, pero deben impartirse a las familias para que sean ellas las que transmitan a sus hijos menores de edad esas enseñanzas. Si quieren disponer de los centros educativos, pueden hacerlo, pero en horario de tarde para no interrumpir las otras enseñanzas.
Si en el aula entra un contenido nuevo es porque otro sale. La sociedad española se está embruteciendo a pasos agigantados. ¿Cómo si no entendemos que en las pruebas de acceso a la universidad se esté eliminando todo lo que supone demostrar la capacidad de razonamiento usando el lenguaje verbal? Es vergonzoso que para evitar suspensos las pruebas se diseñen de manera previsible y simple para el alumno. Si nuestros estudiantes no saben usar correctamente su lengua materna para interpretar un texto o redactar una argumentación, la solución no debe pasar por eliminar esas pruebas. ¿A quiénes estamos engañando?
Pedimos a los políticos un Pacto por la Educación cuando cada comunidad autónoma tiene competencias en Educación que implican asignaturas, número de horas, pruebas de acceso distintas, resultados y nivel de exigencia también. Como docente estoy muy molesta con la administración. En febrero nos están diciendo en qué va a consistir el examen de cada materia y no hemos recibido ni una sola palabra de disculpa por lo mucho que han tardado. Les da igual. Ellos no trabajan cara a cara con los alumnos y con sus familias y no les importa su inseguridad ante esta situación. Y después de tanta espera, casi todo queda igual. No estoy de acuerdo con estos exámenes externos que solo sirven para preparar a los alumnos como loros que repiten lo aprendido de memoria sin entender nada.
Pacto por la Educación, sí, pero cuando demuestren tener educación. De momento están ganando la partida la ignorancia y la incompetencia.
*Rosa Santa Daría Hernández es profesora en el IES Joaquín Artiles de Agüimes.