19 de septiembre de 2019

Opinión: No pido voluntad, exijo compromiso y responsabilidad

Jueves, 18 de septiembre.

Paqui Domínguez
Cuando cualquier persona mayor de edad decide presentarse a las elecciones para ocupar un cargo público, en cualquiera de los ámbitos, el previo es un acto de voluntad y libre albedrío.
La motivación es particular y personal y los intereses pueden ser dispares: espíritu de servicio, defensa del bien general, trabajar por una mejor convivencia, desarrollo de una sociedad cada vez mejor en los individual y colectivo. No puedo obviar que también pueden haber intereses oscuros y desdeñables: sobre alimentación del ego, poder, el boato, la lisonjería, el coche oficial y la parte crematística que supone, como mínimo, cuatro años de desempeño del cargo.
En el juramento o promesa dicen: "lealtal al rey y a la Constitución...". Yo añadiría lealtad a la ciudadanía, refiriéndome a la suma de todas las personas que formamos el Estado con todas las diferencias territoriales, ideológicas y culturales.
En mi condición de ciudadana demócrata, partícipe de proyectos políticos que implican y se comprometen con los cambios a favor de una sociedad equilibrada en lo económico, solidaria, defensora del cuidado del medio ambiente.. De una forma firme y activa apuesta por los tres pilares fundamentales: salud, educación y unos servicios sociales preventivos y paliativos.
Exijo responsabilidad y compromiso a quienes, por decisión propia y mandato de las urnas, deben trazar el rumbo en el tránsito político durante los próximos cuatro años.
Me avegüenzan e indignan las actitudes habituales de protagonistas, portavoces, tertulianos alineados que invaden nuestras casas a través de los programa televisivos, prensa en general, redes sociales con desencuentros, acusaciones e insultos.
En el actual escenario político ya se acabó el bipartidismo, entramos de lleno en la necesidad de la práctica de los pactos de la búsqueda de los puntos de encuentros, es necesario un nuevo perfil político: personas flexibles y con predisposición al entendimiento, respetuosas y con espíritu de servicio.
El gobierno de progreso deseado y esperanzador no debe quedar en el limbo de lo que pudo ser y fracasó por los personalismos y desencuentros.
Por todo lo anterior y mucho más, no pido la limosna de la voluntad, exijo a las personas y partidos políticos elegidos en la última convocatoria electoral: compromiso y respeto para la formación de un gobierno de progreso.