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Canarias7
Lavandería Romeral, empresa con cuarenta trabajadores (20 fijos y 20 temporales) radicada en el Polígono Industrial de Arinaga que, en un día normal, trata hasta catorce toneladas de ropa de los hoteles, está totalmente parada desde el pasado domingo tras el cierre paulatino de los establecimientos del sur de la isla por orden del Gobierno de España.
La empresa no paró por causas propias, sino por una de las medidas de contención frente al coronavirus, un matiz clave para que les deje aplicar un ERTE por causa de fuerza mayor, pero no se lo permiten, ya que se les aplica únicamente por causas productivas.
La Gerente de Lavandería Romeral, Yukonda Esparragoza, señala que junto a otras empresas del sector en Canarias han formado la plataforma Lavanderías Unidas de Canarias y, a las que han intentado formalizar la solicitud de ERTE, les obligan a hacer por causa productivas y no por causa de fuerza mayor, ya que la diferencia radica que con la primera fórmula el Estado les obliga a asumir el 100% de las cotizaciones a la Seguridad Social de sus trabajadores, mientras que con la segunda les exime.
Por ello, Esparragoza explica que "no hemos cerrado porque no podamos seguir trabajando por el coronavirus, ya que antes de que se decretar el estado de alarma nosotros funcionábamos aplicando estrictas medidas de control e higiene para evitar el contagio", e insiste en que están capacitados para mantener la producción pese al contexto de la crisis sanitaria.
Sin embargo, no pueden seguir por causas ajenas a ellos. "Si hemos parado las máquinas es porque ya no tenemos ropa que lavar, pues nuestro únicos clientes son los hoteles y, si a ellos se les impide alojar clientes por esta crisis, no se ensucia ropa y nosotros no tenemos que limpiar, por lo que el cierre es por causa de fuerza mayor", explica.
Si el Gobierno de España no accede a lo que están reclamando las lavanderías, la empresa de Yukonda Esparragoza, como otras tantas en las islas, se pueden ver abocadas al cierre, pues el coste de afrontar las cotizaciones de tantos empleados-as en un contexto de facturación cero les puede conducir a la quiebra, máxime si el estado de alarma se prorroga varios meses.
Lavandería Romeral lucha por salvaguardar el trabajo de sus empleados-as y por garantizar el poder reabrir sus puertas y poner a funcionar sus máquinas tras este periodo.