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| Ángel Víctor Torres durante el anuncio de la "nueva normalidad" en las islas y las medidas de seguridad y prevención que regirán esta etapa |
Redacción
Canarias entra mañana en la "nueva normalidad", dejando atrás el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España el pasado mes de marzo para hacer frente a la pandemia del coronavirus, tal y como anunció ayer el Presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, tras la aprobación del decreto que regulará la nueva normalidad en las islas.
Para esta nueva etapa, el jefe del ejecutivo canario insiste en que no se "puede bajar la guardia y se debe continuar respetando y cumpliendo con las normas de seguridad", es decir, mantener las distancias interpersonales y el uso obligatorio de la mascarilla.
El decreto canario señala que la comunidad entra en la "nueva normalidad" a la vista de la evolución de la crisis sanitaria en el territorio, con lo que quedan sin efecto todas las medidas derivadas de la declaración del Estado de Alarma del pasado 14 de marzo y por lo que se esteblece que Canarias es "plenamente la autoridad competente para gestionar esta fase de la desescalada".
Torres enumeró de forma prolija el contenido del decreto aprobado que se concreta en limitaciones de los aforos de los eventos con un máximo de mil personas en espacios abiertos y trecientas en cerrados, aunque, de manera excepcional e individualizada, se podrá solicitar la Dirección General de Salud Pública autorizaciones y permisos para desarrollar eventos con un mayor número de personas.
En los centros docentes será la Consejería de Educación la que elabore el protocolo de vuelta a las clases en septiembre y, en el ámbito universitario, serán competencia de las propias universidades las que se encarguen del retorno a las aulas de forma presencial.
Los restaurantes no tendrán aforo máximo, aunque deberán respetar las distancias, no utilizarán las cartas de papel y los comensales no se podrán sentar sin haberse limpiado antes el mobiliario; en los espacios turísticos tampoco se limitarán los aforos, mientras que con respecto al turismo activo, se podrán realizar por la empresa sin restricciones.
Los centros comerciales y tiendas podrán abrir no superando el 75% del aforo permitido, pero quedan fuera de esta norma los establecimientos que ya tenían la excepcionalidad como estancos, farmacias, peluquerías, supermercados, etc.
En el cine y el teatro desaparece el aforo pero las butacas deben estar preasignadas y con la separación pertinente entre las personas.
En museos y salas de exposición, bibliotecas y salas, aunque desaparece el aforo, se deberá hacer hincapié en la vigilancia del cumplimiento de las normas de seguridad.
En el servicio público, el decreto señala que se potenciará el uso telemático y se potenciará el teletrabajo.
La práctica deportiva será individual o en pareja, sin franja ni margen de horario, en grupos de no más de 30 personas en espacios abiertos y de 25 personas en los cerrados, siempre que no se exceda las 2/3 partes de su aforo, y un máximo de 25 personas en reuniones de deportes federados.
Respecto a los eventos deportivos se establece un protocolo para que las personas estén sentados con distancia entre ellos y sin exceder el 70% del aforo de la instalación.
En cuanto a los actos religiosos, las iglesias y templos no podrán superar el 70% del aforo, mientras que en los velatorios y entierros se permitirán hasta 50 personas en espacios abiertos, 20 en los cerrados y solo cinco en las salas de cremación.
La celebración de bodas, por su parte, se mantiene con un máximo de 250 personas al aire libre y 150 en espacios cerrados.
Finalmente, las playas son competencia de los ayuntamientos en las que se localicen y deberán tener un aforo en función de la superficie de la propia playa.
Las medidas de desinfección incluyen la promoción del pago con tarjeta y se realizarán recordatorios con campañas de prevención, haciendo especial hincapié en la limpieza frecuente de las manos.
