Jueves, 24 de diciembre.
Redacción
La Diócesis de Canarias ha recibido con "gran alegría" la autorización por parte del Papa Francisco del decreto que reconoce las virtudes heroicas del sacerdote agüimense Antonio Vicente González, de quien el Obispo de Canarias, Monseñor José Mazuelos, asegura que "el Venerable nos habla también a nosotros en este tiempo de crisis sanitaria".
Asimismo, señala que "su figura de sacerdote entregado es actual en medio de esta pandemia que estamos viviendo y nos anima a seguir dando y ayudando, siendo generosos con los enfermos y con los pobres".
Así se refirió Monseñor José Mazuelos, después que la Congregación para las Causas de los Santos difundiera este martes la noticia de los nuevos decretos autorizados por el Papa Francisco concernientes a un beato y siete venerables, entre los que se encuentra el sacerdote nacido en Agüimes, el 5 de abril de 1817, Antonio Vicente González.
Una noticia, añade Mazuelos, que ha sido "una gran alegría para todos nosotros, para toda nuestra diócesis", y destaca del futuro Venerable "la dedicación del joven sacerdote, de 35 años, que murió ayudando a los pobres y a los enfermos en plena epidemia del cólera que azotaba la isla".
El Obispo de Canarias recuerda además que Antonio Vicente González "abrió también una casa para acoger a las personas enfermas y dio su vida por amor a Jesucristo, a los pobres y a los enfermos", que es la fuerza de un sacerdote joven que no tuvo miedo a acogerlos y, al final, morir en 1851 como víctima voluntaria del contagio de la peste y el cólera que azotaba la isla".
"Es una figura única, asegura, y nos alegra que la Iglesia le haya reconocido como Venerable y esperamos que muy pronto podamos también recibirlo como Beato".
En la Iglesia católica, un cristiano es declarado venerable cuando se demuestra, durante su proceso de beatificación, que ha tenido una vida conforme al Evangelio y el Papa, por tanto, declara sus virtudes heroicas, y es el paso previo a ser reconocido como beato si existe un milagro comprobado.
Por contra, en la beatificación de mártires no es necesario atestiguar tales virtudes heroicas, pues ya es suficiente heroicidad el mismo martirio, por lo que no es declarado Venerable sino, en tal caso, directamente beato.
Sea o no mártir, el proceso continuará hasta la canonización y el consecuente reconocimiento como santo, para que el que siempre será necesaria la comprobación de un milagro (que será el segundo en caso de no ser mártir) sucedido después de la beatificación.
En el caso de Antonio Vicente González, el reconocimiento del milagro está en marcha desde 2005, bajo estudio de una comisión de médicos, ya que se le atribuye la curación sin explicación médica de un paciente aquejado de aneurisma en cuarto grado, que llevaba dos meses en coma y al que presuntamente el venerado salvó la vida, al quedar totalmente a salvo.
El proceso de canonización, que ha tenido entre sus grandes valedores al también sacerdote agüimense D. Juan Artiles, junto a un buen número de vecinos-as de nuestro municipio, comenzó en 1998 tras el Sínodo Diocesano de Canarias de 1992, en manos de un relator en la Santa Sede y dentro de la Congregación para las Causas de los Santos.
Por su parte, la Diócesis de Canarias presentó el Positio, con resultado positivo tras el estudio de un grupo de teólogos y dando el 1 de diciembre como probadas las virtudes del Siervo de Dios como "heroicas" para la posterior firma, este pasado martes, del Papa Francisco que acredita el paso a Venerable.
El Delegado Episcopal para la Causa de los Santos, Higinio Sánchez, ha destacado también que se trata de "un momento muy importante" en el que se reconoce la "dedicación heroica" de Antonio Vicente González, y que es un paso más en un proceso que, aunque ha descrito como largo y minuciosos, "está llevándose a cabo con celeridad".