19 de mayo de 2021

Colaboración: Saqueos tras expolios

 Miércoles, 19 de mayo.                                                                                                        

José López (Pepe el de Guayadeque)

Un saqueo más a los yacimientos aborígenes del Barranco de Guayadeque. Los que me conocen saben que soy un amante de la arqueología y la ciencia, pero más de respetar los restos de quienes habitaron este lugar antes que nosotros para que los científicos del futuro, con otras capacidades, puedan actuar con otras formas.
Cuando se realiza un estudio, se debe respetar las decisiones de los que han hecho la historia, del lugar en el que han decidido que se deterioren sus restos, sus cerámicas o herramientas que utilizaban para sobrevivir en aquellas épocas tan difíciles.
Hoy en día, a los que nos preocupa la situación, vemos como este bello lugar viene sufriendo desde hace muchas décadas continuos expolios sin ningún escrúpulo por lo sagrado de estos restos.
Cada vez que se realiza un "saqueo", las personas que están supuestamente para proteger estos lugares deberían contar primero con los propietarios de los terrenos, a lo que no se les respeta ni prestan ningún tipo de atención, y sienten tristeza cuando, posteriormente, se dirigen a la prensa para narrar unas versiones que, a veces, dan más ganas de llorar que de leerlas.
Me duele saber que utilizan cráneos y huesos en vitrinas para demostrar a los demás como eran los antiguos habitantes de los poblados aborígenes.
El último expolio, en el Cementerio de los Canarios. Y cuando digo expolio o saqueo, lo hago porque me da igual quienes sean las personas, estudios o cargos que tengan quienes lo realizan. Hacen daño al lugar y al patrimonio. Graban con un dron, dan información de algo que creen que es una novedad porque piensan que están por primera vez ante algo que, en realidad, cientos de personas hemos tenido el privilegio  de ver.
Dan cuenta de todo lo ocurrido y, en lugar de sancionar la grabación de restos que deberíamos respetar, les dan juego, posibilitando otros saqueos que van ya por no sé que número.
Como decía mi abuelo, "¡no es tan chismoso el que lleva el cuento, sino quien lo recibe con los brazos abiertos!".
Cuando vamos de descubridores, debemos saber que estamos pisando huellas de otros.
Los últimos saqueos en el Cementerio de los Canarios fue un desprecio más para este lugar y para lo que de verdad amamos la arqueología, que tenemos como lema eso de ver, oír y callar. Que para analizar ya han expoliado bastante y debemos dejar también algo para los científicos del futuro.
Cada vez que la prensa publica un artículo, aumentan las visitas de los curiosos, muchos de ellos creyendo ser grandes entendidos en la materia. ¿Dónde están los que tienen que ordenar este tema tan complicado?
Quienes han tenido la suerte como yo de haberse criado en este lugar se han tropezado, a la hora de recoger comida para los animales,  con lugares con restos aborígenes que te dejaban sin palabras. Así, podrás saber el dolor y la humillación que siendo con tantos expolios oficiales o particulares.
Espero que cuando el tiempo ponga las cosas en su lugar las podamos llamar por su nombre. Hagamos todo lo posible para dejar algo sin destruir para el disfrute de las próximas generaciones.
Muestro todos mis respetos para la ciencia y la arqueología,  y que la justicia actúe cuando se cometa algún delito. Y que los guías turísticos digan la verdad, si la saben. Y si no, que callen.