11 de junio de 2023

Un tejú, nuevo inquilino de Cocodrilo Park

 Domingo, 11 de junio.                                                                                                          

Ejemplar de tejú acogido en Cocodrilo Park

Canarias7

Hace poco más de quince días, varios vecinos de una urbanización residencial de Guía alertaron a la Guardia Civil al ver a una especie de lagarto gigante rojo en la calle, tratándose de un tejú (Salvator rufescens), un reptil de América del Sur incluido por el Ministerio para la Transición Ecologica en la lista de especies exóticas invasora preocupante para las islas.
Unos días antes, en la zona de Mayorazgo, en Telde, se advirtió también de la presencia de un cocodrilo, un animal exótico, como la pitón real o el cerdo vietnamita, que está prohibido poseer, transportar o comerciar en España, aunque si se poseían desde antes de 2019 se debía comunicar al Gobierno de Canarias en un plazo de dos años, es decir, antes del 1 de enero de 2022.
Los dos ejemplares se encuentran en Cocodrilo Park, en Los Corralillos, un refugio y centro de rescate de animales exóticos y especies invasoras que colabora desde hace más de 30 años con el Gobierno de España y donde viven más de 800 animales, el 90% de ellos de propiedad pública.
"La mayor parte, señala el Director de Cocodrilo Park, Dioni Balcer, proceden de incautaciones tras operaciones policiales, otros de actuaciones del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil o que han sido capturados tras escapar de las viviendas o fincas de sus propietarios-as".
Asimismo, apunta que "otros, sin embargo, son entregados por sus dueños porque no los tienen regularizados y ya es ilegal tenerlos como mascotas".
En el caso del tejú, al día siguiente de aparecer en la calle, su dueño, para evitar nuevas fugas y ante el peligro potencial que podría correr, llevó voluntariamente al parque otros seis ejemplares para los que tenía permiso y que contaban con microchip.
En Cocodrilo Park viven desde una tigresa hasta ciervos, pasando por distintos tipos de serpientes, una de ellas una boa de Madagascar, que fue uno de los pocos ofidios que se salvó de una operación en la que se sacrificó una veintena de serpientes ante la inexistencia en España de antídotos para su veneno.
Además, también hay tortugas de diferentes tipos, cocodrilos o un zorr de Fennec o del desierto, un pequeño animal que un hombre bajó de un avión en Lanzarote en un transportín para perros que fue detectado por una antiguo agente del Seprona.