Domingo, 2 de julio.
Rosa Santa-Daría*
No son buenos tiempos para la Educación que necesitamos. Con las leyes educativas actuales, el esfuerzo no se premia, la igualdad se confunde con la equidad (dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos). Los mensajes estilo Mr. Wonderful han calado en las aulas haciendo creer al alumnado que los derechos no implican deberes y que si quieres, puedes. La evaluación por competencias sería estupenda si todos los docentes de cualquier materia y lugar tuviéramos los mismos criterios e instrumentos de evaluación. Pero no es así. Al quitar los condicionantes numéricos para pasar de curso o titular, el alumnado puede repetir con tres materias o promocionar con cuatro (expliquen eso a las familias).
Después de 35 años en la docencia puedo dice que hemos avanzado en valores trabajados en el aula y hemos retrocedido en adquisición de conocimientos. Con tristeza veo los materiales que preparé (en papel, por supuesto) hace años y comparo con lo impartido en los diez últimos cursos (casi todo digital) y me pregunto por qué mis alumnos-as aprendieron tanto antes y ahora mucho menos (y soy una profesora exigente). No tengo más respuesta que la bajada de nivel en las aulas para combatir el temido fracaso escolar. Pueden ustedes mirar las pruebas de Selectividad de todas las materias desde que empezaron hasta hoy y llegarán a la misma conclusión: todo más fácil para conseguir más aprobados. Y eso pasa factura social.
Es obvio que para conseguir objetivos hay que esforzarse (en los juegos de azar y deportes hay que jugar) y no siempre se logra llegar a la meta, el primer solo es uno (varios en los deportes de equipo, Messi y Nadal son únicos) y, sin embargo, en las aulas, muchos alumnos-as y sus familias creen que con acudir al centro (y no siempre) ya tienen derecho a promocionar y titular, es decir, a ganar sin haber jugado ni entrenado.
¿Por qué? Porque las mentiras se difunden también en las aulas, porque las familias no educan a sus hijos en la tolerancia al fracaso (es cierto que algunos lo intentan, no siempre es posible), porque la administración educativa sólo quiere cantidades y no calidad.
Analicemos las consecuencias a corto y medio plazo. Estamos viendo en el panorama político que, si un partido hace una propuesta, el otro plantea la contraria, demolemos los logros del otro solo porque son del otro, lo que lleva sucediendo con las leyes educativas calda vez que cambia un gobierno. La mentira y la crispación se difunden en las redes sociales porque la gente no lee y no entiende (España suspende en competencia lectora) y se deja engañar. Recuerden que los gobiernos menos democráticos siempre han fomentado la ignorancia para conseguir votantes contra los impulsores de derechos y ayudas sociales que ellos han disfrutado. les invito a leer el último libro de Almudena Grandes, "Todo va a mejorar".
La escuela pública es más necesaria que hace unos años porque últimamente vemos que se tambalean algunos derechos y en las aulas de un centro público se enseña a convivir y despertar a cualquier personas independientemente de su origen, género, raza o nivel social y competencial. Si la administración pública y la comunidad educativa no velan por una enseñanza pública de calidad y permiten que algunos títulos sean inmerecidos, si entran y permanecen en las aulas docentes motivados sólo por un sueldo, si las familias se alejan de los centros, si el alumnado deja de ser competitivo para aprender porque quiene no lo son obtienen los mismos resultados, las generaciones venideras van a carecer de profesionales en cualquier ámbito. Esto debiera preocuparnos bastante.
La enseñanza se ha ido devaluando porque el saber sí ocupa lugar. Si todos nos quejamos, ¿por qué no hacemos lo posible por defender la calidad respetando la diversidad?
Confío, por supuesto, en los buenos alumnos-as, en el buen sentido de la palabra buenos, que diría Machado, que han salido de todas las aulas y del IES Joaquín Artiles en particular. Agradezco a todos ellos lo que me enseñaron y la oportunidad que me dieron de enseñarles. Agradezco a todas las familias que apostaron y confiaron en la educación que les dimos. Agradezco a toda la comunidad educativa que yo fuera feliz a trabajar todos los días de mi carrera docente.
¡Ojalá sigan los demás luchando como yo lo he hecho para tener una enseñanza de calidad! Nos ha costado mucho a las generaciones anteriores, no la dejen caer, por favor.
*Rosa Santa-Daría es profesora del IES Joaquín Artiles de Agüimes.